Open Arms es el nombre de una organización independiente que tiene sede en Badalona, España. Esta institución realiza rescates en el mar, generalmente a inmigrantes que pretenden llegar al continente europeo.
Sin embargo, en las últimass semanas, uno de los barcos de la ONG ha sufrido una travesía que parece interminable y que ha sido seguida de cerca por medios de comunicación, gracias a que realizaron un rescate y no se le otorgo permiso para desembarcar en el puerto que querían.
Inicio de la problemática
Todo empezó el 1 de Agosto, cuando un barco de Open Arms ejecutó un rescate de más de 80 inmigrantes que fueron encontrados en estado de naufragio dentro del Mar Mediterráneo.
Ante esto, se decidió llevarlos a un puerto seguro en Europa, pese a tener las costas tunecinas máss cerca y, aunque se le concedió permiso para acercarse a las aguas territoriales, no se les permitió atracar en el puerto italiano más cercano.
Esto se hizo viral en las redes sociales y el gobierno Italiano respondió, argumentado la incapacidad de recibir a los inmigrantes e instó al barco de Open Arms a dirigirse hacia otro país.
Sin embargo, este realizo caso omiso de la observación y se colocó a 800 metros de Lampedussa, esperando permiso del presidente de bajar a las personas y volver a España.
No obstante los días pasaron y la desesperación alcanzó a los pasajeros, quienes comenzaron peleas, discusiones violentas y cuatro de ellos se lanzaron al agua con la necesidad de alcanzar tierra. Una crisis mediterránea que puso patas arriba la reacción de las naciones europeas.
Conflictos políticos
Unos días después, y gracias a constantes peticiones por parte del barco Open Arms que explicaba su situación, el Ministro de interior Matteo Salvini, permitió que los menores de edad y enfermos pudiesen bajar del barco.
Sin embargo, éste comentó que realizaba dicha acción contra su voluntad, ya que el primer ministro fue quien lo ordenó, algo que originó fuertes críticas en las redes sociales, en las que actores como Bardem o incluso Richard Gere, alzaron la voz para solicitar soluciones.
La situación se colmó mucho más tensa cuando este último personaje comentó que los niños que desembarcaron no eran menores de 18 años y los enfermos no estaban tan mal como la ONG había hecho ver.
Además acotó la frase “Somos cristianos sirvientes, pero no tontos”, y comentó que se encontraba disgustado con los demás países que solo criticaban al gobierno italiano, pero no le proponían al barco irse a sus territorios apelando a esa solidaridad que tanto mencionaban.
Según analistas, esta situación se debe a una política anti-inmigración que el ministro Salvini posee, y que gracias a dicho pensamiento no permite ni permitirá ningún desplazado más en sus tierras.
No obstante, días más tarde se pronunció la justicia del país y le permitió al barco anclar dentro de las tierras italianas mas no atracar, ya que la situación era muy complicada y de urgencia total.
A pesar de ello, las tensiones fueron retomadas cuando España comentó que la acción de Italia era completamente ilegal y que debían auxiliar de manera inmediata a las personas de la embarcación.
Esto, basándose en la carta de derechos internacionales, donde se les obliga a los países realizar ayudas o contribuciones a personas que se encuentren en peligro dentro del océano.
Ante la negativa de Italia, la nación española concedió permiso a Open Arms de ir al un puerto del archipiélago balear (en concreto se hablaba de Mallorca) o Algeciras según lo desease el capitán, pero este argumento no encontrarse en condiciones para ello ya que España está a casi 600 millas de su ubicación y, de atracar en puerto de nacionalidad esspañola el barco, tendría que responder a sanciones y a juicios por desarrollar una actividad para la que no está autorizado y sobre lo que ya había sido advertido previamente. Las multas, que ascenderían a más de 900.000 euros y la inhabilitación y paralización del barco tampoco interesaban a Open Arms, lo que incrementó aún más la tensión mediterránea por no querer acogerse a la legalidad.
Solución del conflicto
Luego de 20 días de bloqueo, el Open Arms recibió autorización por parte de un fiscal de desembarcar a los pasajeros en una isla italiana llamada Lampedusa, donde se encuentran organizaciones sin fines de lucro esperando a los pasajeros.
Sin embargo, no todas las personas se quedaran en dicha localidad, ya que según el gobierno italiano “Son demasiados y no poseen los recursos necesarios para alojarlos”.
Por lo que una comisión internacional, donde España, Rumanía, Portugal, Luxemburgo y Alemania son los principales representantes, propusieron repartir a los desplazados en sus países de manera equitativa.
¿Qué pasara con Open Arms?
Una vez que el barco de Open Arms desembarque a los 83 inmigrantes que se encontraban a bordo, este deberá regresar a España, donde lo incautaran y se firmará una sanción.
Esta última puede llegar a superar los 900.000 euros, gracias a que incumplió con la ley de la Marina Mercante Española, que prohíbe realizar operaciones de búsqueda y salvamento.
Algo que, de hecho, fue confirmado por la vicepresidenta de este país, que comento “El Open Arms no tiene permiso de rescatar” y además comentó que el Ministro de Fomento se lo recordó en su momento. Tanto es así que era lo que intentaba evitar al atracar en puerto español.
Además, se resalta la publicidad negativa que ha tenido dicha institución, la cual ha sido catalogada como “Colaboradora de tráfico de personas”, así como de “Organización criminal” por parte de diferentes partidos políticos de la Unión Europea.
Igualmente, entra en acotación los daños causados en la aeronave que requerirán miles de euros para ser reparados, así como un mantenimiento excesivo en el motor y demás componentes internos.
Posibles consecuencias de este escenario
A pesar de que Open Arms y otras organizaciones independientes sin fines de lucro realizan rescates de forma activa, los países Europeos cada vez se cierran más a la posibilidad de recibirlos ante la falta de garantías.
Esto se debe a que en su mayoría los inmigrantes han causado un desgaste en las naciones receptoras, ya que generan gastos económicos excesivos, que la mayoría no puede costear y que han provocado protestas dentro de sus propias naciones al no poder garantizar la viabilidad y seguridad necesaria.
Por lo tanto esta situación podría tener como consecuencias la incapacidad de las organizaciones de seguir colaborando con el rescate marítimo, aéreo o terrestre en las zonas en conflicto.
Ya que el caso “Open Arms” ha servido como ejemplo sobre el tipo de imposición que una nación puede realizar de recibir a los inmigrantes, a lo cual las ONG deberán tomar las acciones de ayuda por su propia cuenta.
Sin embargo se debe esperar todavía a que esta situación se resuelva y observar también si el movimiento migratorio ilegal continúa de manera tan continúa por parte de ciudadanos de países en guerra.
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