El artista presenta dos exposiciones en dos espacios diferentes que coinciden en el mes de abril: Por un lado, las pinturas de mayor formato se exhiben en la sede de la Fundación Díaz-Caneja bajo el título “la mirada perdida”. Simultáneamente en el Café-librería Ateneo se puede contemplar una colección de acuarelas de pequeño formato titulada “La mirada líquida”, con el agua como protagonista de las imágenes.
Ambas exposiciones son una muestra representativa del trabajo que el pintor ha desarrollado durante los últimos años.
“la mirada perdida” exposición en la Fundación Díaz-Caneja
El título de esta muestra hace referencia a lo que uno se pierde cuando mira en una sola dirección y obvia el resto de su entorno, reflexiona sobre los cambios que experimentamos en cada momento de nuestra vida mostrando interés por cosas diferentes según nuestra personalidad, edad o estado de ánimo: el hecho de contemplar lo que otros nos muestran enriquece nuestra propia experiencia, ofrece un punto de vista diferente, y nos hace crecer como personas.
“la mirada líquida” exposición en el Café-librería Ateneo
En este caso el hilo conductor de las obras es el agua, elemento de gran carga simbólica y especial atractivo estético para el pintor.
En este espacio se presentan varias series de acuarelas de pequeño formato con un tratamiento peculiar con óxidos que junto con la acuarela busca crear un efecto atmosférico difuso, envolvente, donde solamente los primeros términos son tratados con detalle, y es la perspectiva aérea la que crea la ilusión profundidad “a la manera de Leonardo” con la difusión de formas y colores para dar profundidad a la imagen.
Emplea en estas piezas un encuadre más tradicional: la línea de horizonte marca la composición y divide la imagen en dos partes marcadas por la planitud del horizonte castellano. Más concretamente, los paisajes de La Nava son el germen de inspiración de estas series.