La guerra comercial China-Estados Unidos es un conflicto económico que comenzó el pasado marzo de 2018, teniendo como principales protagonistas a Xi Jinping (Presidente de China) y Donald Trump (Presidente de EEUU).
Sin embargo, muy poco se conoce realmente sobre el por qué del inicio de esta guerra, así como las causas que la generaron y los posibles peligros que ha supuesto para estabilidad comercial y económica mundial.
¿Por qué empezó el conflicto?
Durante la campaña presidencial de Donald Trump, éste planteó como uno de los grandes problemas de la economía americana a China, ya que consideraba a esta nación como la causante de una fuga industrial masiva fuera de las fronteras.
Esto último fue aplaudido por múltiples electores ya que China está siendo utilizada por muchas empresas para realizar productos de firma americana fuera de EEUU por la mano de obra barata que posee.
Sin embargo, poco después de que Donald Trump llegara a la casa blanca, el 22 de marzo del 2018, firmó un memorando donde ordenó que se pusieran en marcha y aplicaran aranceles por un importe de más de 50.000 millones de dólares a diferentes productos que vinieran de China.
Esto, según declaraciones del presidente americano por el “Robo de la propiedad intelectual y prácticas comerciales poco agraciadas de China a lo largo de los años”.
Desarrollo del conflicto
Ante la acusación de Donald Trump, el Ministerio de Comercio Chino respondió imponiendo aranceles a productos americanos de chatarra de aluminio, autos, componentes derivados del cerdo, frutas y tuberías de acero el 2 de abril.
En total, se enumeraron 128 productos estadounidenses que sufrirían esta sanción, generando preocupación en el sector industrial de ambos países cuyas acciones se desplomaron en la bolsa de Hong Kong y New York.
Al día siguiente, el 3 de Abril Estados Unidos ordenó establecer 1300 categorías nuevas de productos chinos que debían pagar aranceles por un importe de 50.000 millones, según lo reglamentado el 22 de marzo.
Esto siguió por una aplicación de impuestos adicionales por parte de China a aviones, soja y automóviles que vinieran de Estados Unidos, que tenían que pagar el 25% del valor nominal estimado.
No obstante de toda esta tensión y dimes y diretes, todo empeoró cuando Estados Unidos subió los aranceles por un importe de 100.000 millones el 5 de Abril, imponiendo una denominada “Mano negra invisible” en la economía asiática.
Pasó algún tiempo antes de que China respondiera, y fue en Mayo cuando este canceló los pedidos de Soja a Estados Unidos, pareciendo otorgar un duro golpe al sector agrícola del país.
A pesar de ello, ya el 29 de Mayo del 2018 Donald Trump estableció un arancel del 25% a productos chinos, lo que sumaban un valor de 50.000 millones de dólares, así como restricciones de inversión y controles de exportación más rigurosa.
Ante esto último China confirmó que la guerra comercial ya había sido iniciada, anuncio correspondido con la imposición de otros aranceles del 25% a 279 productos del gigante con un valor de 16.000 millones de dólares el 15 de Agosto.
Suspensión
Debido a las diferentes perdidas económicass por parte de los dos países, David Malpass el Subsecretario de Asuntos Internacionales del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, se reunió con Wang Shouwen en China el 22 de Agosto.
Siendo este último el viceministro de Comercio en China, para comenzar con negociaciones anexando también procedimientos en la Organización de Comercio Mundial por parte de China.
Sin embargo, fue el 1 de Diciembre del 2018 cuando se acordó una suspensión de 90 días en la reunión del G-20 celebrado en Argentina donde ambos presidentes se encontraron cara a cara.
Reinicio y empeoramiento
Tras los 90 días, los inversores en los países no veían que China y Estados Unidos retornaban de forma agresiva a la Guerra Comercial, siendo esto correspondido con un alza en la bolsa de ambos países.
Sin embargo, fue el 19 de Mayo del 2019 cuando Google comentó que ya no podría actualizar los servidores de Huawei con el sistema Operativo de Android, gracias a que el gobierno de Estados Unidos se lo había impedido.
Esto fue fuertemente criticado, ya que expertos aseguraban que esta medida crearía consecuencias negativas en el país americano, gracias a que fortalecería la idea de que Huawei debía crear su propio sistema operativo.
No obstante, el presidente Donald Trump anunció que esta medida se realizó gracias a que Huawei estaba espiando la información personal de los usuarios que utilizan sus teléfonos móviles.
Algo que fue desmentido por la sucursal días más tarde, acusando a la potencia americana de ahogar la economía China y prometiendo crear su propio software interno.
Esto siguió con el conflicto y la imposición de aranceles de forma consecutiva que causaron pérdidas económicas mundiales ante el miedo de un cierre total de alguno de los dos gobiernos.
Sin embargo, todo parecía calmarse en la cumbre del G-20 cuando ambas naciones sellaron, verbalmente, la paz y comentando una posible solución mediadora.
Aunque el pasado 23 de Agosto China impuso nuevos aranceles de 75.000 millones de dólares rompiendo así con el pacto y generando que Estados Unidos respondiera con aranceles de más de 250.000 millones de dólares.
Consecuencias y posible final
A pesar de que es imposible calcular una cifra exacta para la pérdida de dinero que este conflicto ha generado en ambas naciones, se puede resaltar la inestabilidad de los índices “Dow Jones” (Estados Unido) Hang Seng (Hong Kong).
Ya que estas últimas cada vez que se imponen aranceles resultan afectadas y tienden a bajar con porcentajes realmente significativos, tomando como ejemplo el “Dow Jones” que ha perdido más del 4% de poder en lo que va de año.
Además economías como la de Gran Bretaña, España, Francia, Italia, Alemania y países anexos al dólar se encuentran en peligro de recesión, estimulando la firma de paz de ambas naciones.
No obstante, este conflicto está lejos de acabarse mientras Donald Trump se encuentre en el poder, ya que ha comentado que la guerra comercial no existe pues fue perdida hace muchos años por Estados Unidos quien debe recuperarse.
Es por ello que es cuestión de esperar el movimiento de ambas naciones para determinar si la conclusión de este atropello a la economía mundial se encuentra cerca. Aunque parece que China ya ha dado el primer paso para sentarse de nuevo en la mesa de negociación.
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