Cerrar el ordenador, poner rumbo al aeropuerto y desconectar, tan solo durante tres días, en un paraíso: Lanzarote. Ese podría ser perfectamente el sueño de muchos.
“Lanzarote cada vez tiene más tirón para este tipo de escapadas. Aunque realmente merece más días, sus arenas de playa blanca, aguas cristalinas y su temperatura media hace que sea el refugio de quienes quieren cargar las pilas y, si tan solo tienen 3 días, es necesario ofrecerles todos los servicios para que quieran volver” explican desde el Hotel Emblemático La Casa de los Naranjos, situado en Haría, que está viendo cada vez una demanda mayor de este tipo de escapadas.
3 días en Lanzarote: qué es imprescindible
- El Parque Nacional de Timanfaya es un básico para quienes lleguen por primera o por octava vez a esta isla. Sus paisajes volcánicos y las posibilidades de disfrutar de actividades al aire libre gracias a un clima templado que acompaña a los visitantes durante todo el año. Descubrir la gastronomía cocinada con el calor de la actividad volcánica, al igual por ejemplo que en Azores, es algo único y que se puede hacer aquí.
- Desconectar con el sonido de las olas. Sus playas. Ese es el gran reclamo turístico de esta isla de Canarias. Su arena blanca y sus aguas cristalinas poco tienen que envidiar por ejemplo a enclaves como el Caribe. Tomar el sol, nadar y pasear por la orilla permiten recargar la mente y el alma.
- Su gastronomía es necesario disfrutarla con todos los sentidos. Para quienes gustan de este tipo de planes, disfrutar por ejemplo de las bodegas locales es una aventura inolvidable.
- Solo un nombre: César Manrique. El patrimonio de la isla pone en relieve la grandeza y genialidad de este artista, conocido no solo a nivel local sino muy reconocido, también, a nivel internacional.
No obstante, dejarse llevar por la magia y las sensaciones de la isla es clave para volver a casa con los sentidos enriquecidos y con una sensación única de felicidad. Sus gentes, su cultura, su ritmo y todo lo que conlleva disfrutar la isla permiten enamorarse y pensar en planificar la siguiente visita.
