Durante el año 2020, el gobierno chino no ofreció ningún tipo de financiamiento a Ámerica Latina. Esto no ocurría desde el año 2006 y, aunque Pekín tiene grandes intereses en esta región del mundo, decidió invertir en otros lugares.
Como se recordará, a partir del año 2010 los inversores del gigante asiático volcaron sus ojos hacia Suramérica, llevando a realizar préstamos por valor de 1.700 millones de dólares a varios países de este continente.
Todo lo que hay que saber sobre las restricciones impuestas por China
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¿Por qué China suspende su apoyo a Ámerica Latina?
Como se sabe, el Banco de Desarrollo de China (CDB) y el Banco de Exportación e Importación de China (Eximbank) siendo los dos gigantes financieros de Pekín, no emitieron préstamos durante el año 2020 para ningún gobierno latinoamericano.
Hay que recordar que el financiamiento hacia esa región durante el año 2010 llegó a 35.000 millones de dólares, reduciéndose en el 2015 a 21.500 millones y en el 2019 alcanzando un mínimo histórico de 1.100 millones. Pero ¿cuáles son las razones por las que se decidió suspender los préstamos?
Aumento en el nivel de riesgo
Al parecer, la situación económica, social y política de la región latinoamericana ha llevado a China a calificar los préstamos como de alto riesgo. Algunos países como México, Argentina, Perú y Venezuela, han tenido que solicitar refinanciamiento de deudas y, al parecer, las perspectivas económicas de la región no son nada alentadoras.
Es por esta razón que se estima que se produzca un incremento en la morosidad, por lo que los inversores consideran descabellado seguir aumentando aún más el caudal de préstamos.
Los bancos chinos han financiado en Ámerica Latina obras de infraestructura, hidrocarburos y generación de energía. Sin embargo, a raíz de la contracción mundial que produjo el coronavirus, estos sectores se han visto seriamente afectados, por lo que las inversiones no han dado el retorno de capital esperado.
Aumento de la dependencia
Cuando China comenzó el financiamiento a los países latinoamericanos, también comenzó un proceso de infiltración en el que, de manera lenta pero sostenida, fue apropiándose de las reservas naturales y energéticas de esos países.
Es decir, para poder cumplir con los préstamos recibidos, muchas naciones han orientado el 100% de algunas exportaciones a Pekín. Dicho de otro modo, los chinos ya no tienen nada más de lo que apropiarse en algunas naciones.
Por ejemplo, Brasil suministra el 100% de su cosecha de hoja de soja a China y Venezuela, que en el pasado fue el quinto país productor de petróleo, envía el 80% de su producción a Pekín y el 20% restante a Cuba. Esta es quizás la razón principal por la que los venezolanos se encuentran en estos momentos, en una severa crisis para poder obtener combustible.
Escenario imperturbable
De acuerdo a las proyecciones del Fondo Monetario Internacional y del Banco Interamericano de Desarrollo, las perspectivas para el año 2021 y 2022 en cuanto a la economía latinoamericana será de una gran contracción con una ligera mejoría en cuanto al repunte de la industria y el comercio.
Ante esto, si los chinos siguen prestando dinero, seguramente algunos gobiernos redirigirán esos fondos para solventar problemas de tipo social. Esto no generaría ninguna acción de carácter económico que le garantice a Pekín el retorno de su dinero.
Otras razones de China para suspender el financiamiento
Como bien se sabe, el gobierno de Pekín se ha visto ligeramente afectado por la pandemia y, aunque el intercambio comercial ha disminuido en alto grado, las industrias y el sector comercial que satisfacen el mercado interno han obtenido altas ganancias.
Se cree que para lograr el repunte de las finanzas mundiales se requiere tener un aparato productivo al 100% y, es por ello que el gobierno chino ha decidido financiar empresas propias con el fin de obtener un mayor nivel de ganancias.
De igual manera, no debe olvidarse que Pekín busca fortalecer lo que ellos llaman las nuevas rutas, es decir, la ruta de la seda de la salud, que se encargará de mejorar todo el parque industrial y comercial que tenga que ver con el sector de sanitario, así como la ruta de la seda digital, que busca aumentar su poderío informático.
Según las empresas de análisis y riesgos más renombradas del mundo, Ámerica Latina verá profundizada su crisis en este año 2021. Esto dará como resultado altos niveles de desempleo, detención de proyectos de infraestructura, aumento en el déficit fiscal e incremento en la pobreza extrema.
Ante este panorama es urgente para los países americanos buscar una fuente de dinero fresco que les permita tratar de hacer frente a la aletargada economía. Así como poder implementar programas sociales que protejan a las familias más vulnerables.
Oportunidad para los Estados Unidos
Este panorama de indefensión en que se encuentran los gobiernos latinoamericanos, sería una buena oportunidad para la administración de Joe Biden estimular inversiones en la región. Como se sabe, a partir del año 2010, China sustituyó a los Estados Unidos como principal socio comercial de un número importante de países sudamericanos.
De igual manera, no debe olvidarse, la penetración silenciosa que ha llevado a cabo el Partido Comunista con el fin de ideologizar a la región. Algo patente durante toda la pandemia, pues China ha donado cerca de 215 millones de dólares en suministros médicos.
Sin embargo, si el gobierno de Joe Biden establece una estrategia coherente podría desplazar al gobierno de Xi Yinping como principal fuente de financiamiento de la región latinoamericana. Incluso se evitaría que el gigante asiático se convierta para el año 2024 en la primera potencia económica mundial, tal como tienen previsto.
Si bien es cierto que la economía del mundo tiene perspectivas poco alentadoras, no es menos cierto que fortalecer las industrias y el comercio de Latinoamérica a mediano plazo vendría a representar importantes inversiones que generarían ganancias considerables y que harían que el riesgo valga la pena.
Ámerica Latina necesitará urgentemente ayuda económica y, seguramente, no importará de donde venga. En todo caso, lo importante será poder hacer frente al debacle financiero que se espera se presente en este año 2021.