Corea del Norte no se ha caracterizado por ser el país más amigable del mundo, pero según declaraciones de su líder Kim Jong-Un en el 2019, era una meta normalizar las relaciones con Corea Sur. Sin embargo, parece ser que esto quedó en el olvido, ya que el lunes 15 de junio mandó poner una carga de explosivos en la oficina de enlace con Corea del Sur y la voló literalmente por los aires.
Lo que más alarma al mundo entero, es que esto sucedió en la llamada zona desmilitarizada y, esta oficina era un símbolo del acercamiento entre ambos países, ya que servía para que se comunicaran. Afortunadamente la oficina se encontraba vacía en el momento en que fue destruida, sin embargo, esto recrudece la situación de tensión que existe entre Corea del Norte y Corea del Sur, y lo que es peor aún, se sigue demostrando que las amenazas de Kim deben ser tomadas en serio.
Un conflicto que no cesa: las Coreas
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Aumento en la tensión entre Corea del Norte y Corea del Sur
Corea del Norte es el único país del mundo que asegura no tener ningún caso de Covid-19, así mismo expresó su máximo líder, que la economía se encuentra en inmejorable situación pero según la agencia oficial norcoreana de noticias, Corea del Sur habría emprendido una campaña antinorcoreana con la intención de sublevar a la población en contra del máximo líder.
Según expresaron fuentes oficiales norcoreanas, desde Seúl se estaban fraguando muchas mentiras como, por ejemplo, que norcorea se encuentra minada de casos de coronavirus y que esto ha afectado seriamente no solo a su economía, sino también a su sistema sanitario.
El hecho que Kim Jong-Un no ofrezca cifras reales sobre el coronavirus, pone en peligro a Corea del Sur ya que todos los que viven cerca de la frontera podrían contagiarse del virus transmitido por pobladores norcoreanos.
Por otra parte, en Seúl se encuentran preocupados por el desarrollo nuclear de Corea del Norte pero, según expresó la agencia oficial KCNA, ciertamente tiene un desarrollado sistema nuclear que tiene por finalidad la creación de armas que impidan un ataque alevoso por parte de los enemigos del país.
Sin embargo, para algunos expertos en el tema militar, esto no son más que excusas ya que las verdaderas razones por las que el gobierno de Kim Jong-Un quiere aumentar la confrontación con Corea del Sur son otras, por ejemplo:
La economía norcoreana está viviendo una profunda recesión ya que China, su principal socio comercial, se encuentra con su economía prácticamente paralizada debido al coronavirus. Por otra parte, los pocos países que mantenían intercambio económico con Corea del Norte, han decidido no seguir importando más productos de este país por temor a las sanciones que pueda aplicar Estados Unidos. En tal sentido, con esta acción de confrontación con Corea del Sur, se logra distraer la atención de la presión económica que existe.
Otra razón fundamental es que la hermana del líder coreano necesita demostrar autoridad y fortaleza ante situaciones bélicas, todo esto con el fin de ganarse el respeto de las élites militaristas de Corea del Norte y, según se ha informado, fue Kim Yo-Jong quien asesoró a su hermano para que volara en pedazos la oficina de asuntos surcoreanos.
Para el presidente norcoreano debe darse una lección a la traición de Corea del Sur, ya que al parecer el gobierno de Seúl se ha reunido de manera secreta con miembros de la Casa Blanca sin informar a Corea del Norte que estas reuniones se iban a realizar, por lo que Kim intuye que se trata de un plan para perjudicar a su pueblo.
¿Cómo afecta al orden geopolítico la nueva tensión entre las dos Coreas?
Como se sabe, entre los Estados Unidos y Corea del Norte se han producido tímidos acercamientos que se pensaban podían convertirse prontamente en una cumbre en la que ambos países pudiesen tratar de resolver sus mutuas diferencias, pero el hecho de que el gobierno de Pyongyang haya volado en pedazos la oficina de enlace conjunta, genera un fuerte atraso que impedirá, por lo menos en los próximos días, que la Casa Blanca y Kim puedan llegar a reunirse.
Estados Unidos vive en la actualidad una de las situaciones más difíciles, no solo desde el punto de vista sanitario, sino también desde el punto de vista político y social, es por ello que parece que el gobierno de Kim Jong-Un quiere aprovecharse de esto y está buscando una excusa para confrontar al gobierno de Seúl, buscando de esta forma la intervención de Trump a ese posible conflicto.
Por otro lado, no es de extrañar que en los próximos días Kim ordene una movilización masiva de sus tropas hacia la zona desmilitarizada lo que recrudecería aún más su situación con Corea del Sur ya que si a esto se le añade el reciente enfrentamiento suscitado entre soldados chinos e hindúes, indudablemente pone al mundo en una situación de alerta porque se está hablando que podría presentarse el caso en que dos países con los ejércitos más grandes del mundo, como lo son China y la India, se enfrenten en un conflicto y, por otro lado, está la posibilidad que Kim Jong-Un decida atacar con armas nucleares a Corea del Sur.
Esto ocurre justo en el instante en que la economía del mundo vive una de las peores crisis y en la que muchos se preparan para flexibilizar su cuarentena de modo que puedan llegar a una situación de normalidad, en tal sentido el mapa geopolítico mundial podría verse seriamente afectado si Kim decide invadir a Corea del Sur y los Estados Unidos se verían en la imperiosa necesidad de intervenir para apoyar a su socio comercial surcoreano.
¿Qué se espera de Kim Jong-Un?
Este líder ha demostrado ser una persona impredecible pero hasta la fecha, él ha marcado su liderazgo cumpliendo todas sus amenazas, por lo que no puede ser tomado en broma, así mismo el gobierno de Pyongyang es consciente de que romper cualquier tipo de relación o acercamiento con Estados Unidos no le generará grandes pérdidas, por lo que en cualquier momento Kim puede llevar a un nivel máximo de tensión su situación tanto con los estadounidenses como con Corea del Sur. Entre tanto para el mundo solo queda esperar en las próximas horas el comunicado oficial de parte de Estados Unidos y Corea del Sur con respecto a la actitud bélica de Corea del Norte.