La costa almeriense lleva años siendo la elegida por todos aquellos que buscan naturaleza, entorno y buenos precios. De hecho, son muchos los que están haciéndose con viviendas en zonas con grandes vistas o con terrenos en los que construir y disfrutar de los increíbles paisajes no solo del Mediterráneo, sino también de la sierra.
Cuáles son, según expertos como los de Proeding, que llevan cada año cientos de proyectos, las tendencias y demandas de quienes adquieren viviendas en esta zona andaluza.
Materiales sostenibles y eco-amigables
La sostenibilidad se ha convertido en una prioridad en la construcción de proyectos en la Costa Almeriense. Los arquitectos y constructores están optando por materiales eco-amigables que reduzcan el impacto ambiental y promuevan la eficiencia energética.
Los preferidos suelen ser
- Madera certificada: Se emplea madera proveniente de fuentes sostenibles, como bosques gestionados responsablemente, para estructuras y revestimientos interiores y exteriores.
- Bloques de tierra compactada: Una técnica que aprovecha el suelo local para crear bloques estables y térmicamente eficientes, reduciendo así la necesidad de materiales industrializados.
- Aislamiento ecológico: Se utilizan materiales de aislamiento como celulosa, lana de oveja o cáñamo, que son más amigables con el medio ambiente.
Integración en la naturaleza
Sin duda estos últimos años el proyecto y las autorizaciones suelen ir hacia enfoques más integrados con el entorno natural. En lugar de edificios aislados, los nuevos proyectos buscan armonizar con el paisaje y aprovechar al máximo las vistas y la luz natural. Son los diseños bioclimáticos y los techos verdes y jardines verticales lo que más se empieza a demandar en obra nueva, así como la fusión entre interiores y exteriores más típicos de zonas como Grecia.
Si a esto se suma el apostar por paredes completas de vidrio que no rompan con las vistas y las integren dentro de la propia decoración interior, se consiguen viviendas de gran calidad, simplicidad y minimalismo que ayuda no solo a conciliar la arquitectura con el medioambiente sino con los estados anímicos, siendo protagonista la persona y su contacto con la naturaleza por encima de estructuras que agredan y afeen los paisajes.