La manicura semipermanente se ha convertido en la favorita de muchas personas gracias a su durabilidady acabado impecable. Sin embargo, junto con su popularidad han surgido ciertos mitos, especialmente el de que estropea las uñas.
Para conocer qué hay de verdad en todo ello es necesario dar un paso atrás y ver, en primer lugar, sus ventajas cuando se hacen por profesionales.
Las uñas son estructuras duras y resistentes formadas principalmente por queratina, una proteína fibrosa que también se encuentra en el cabello y en la piel. Están presentes en los dedos de las manos y los pies, y su función principal es proteger las puntas de los dedos, que son áreas altamente sensibles y fundamentales para la manipulación y el tacto.
Conocido qué son, durante siglos, han sido objeto de cuidado para dar una apariencia cuidada, bonita y arreglada de las manos. Pero su relevancia hace que sea necesario ponerse en manos de expertos para evitar problemas, infecciones y que se vuelvan frágiles.
“Conocer cómo cuidar las uñas es clave para quienes nos dedicamos a la estética. La elección de productos buenos, cómo garantizar la calidad de la uña en la retirada o incluso cómo darle forma es básico” explican desde Cocco Beauty.
¿Por qué tanto éxito con la semipermanente?
En primer lugar, porque permite lucir uñas perfectas y cuidadas durante semanas. A diferencia de los esmaltes tradicionales, los de semipermanente pueden durar hasta tres semanas sin desgastarse y sin lastrar las posibilidades de diseño y colores.
Esto, ahorra tiempo ya que el secado con lámpara led evita que se arruine por accidente el esmalte.
Además, actúa como una capa protectora para la uña, lo que puede ayudar a prevenir roturas en uñas frágiles o quebradizas. Al evitar que las uñas naturales estén expuestas al agua y productos químicos, su salud puede incluso mejorar con el tiempo.
Rompiendo mitos: no estropea las uñas
Uno de los mayores temores alrededor de la manicura semipermanente es que debilite o dañe las uñas naturales. Sin embargo, este daño no proviene del esmalte en sí, sino de prácticas incorrectas al retirarlo o de una aplicación inadecuada.
Si el esmalte se retira de forma profesional, con sus productos específicos y sus envolturas para ablandar el esmalte, la uña no sufre daños.
Es clave evitar raspar o despegar la capa con fuerza porque esto sí que podría llevarse capas de la uña natural
