Basándose en sus experiencias en aguas africanas, un joven marino español ha publicado su segunda novela, titulada El corsario del oro negro. A pesar de que los ataques en Somalia han tenido mayor repercusión, navegar por la otra costa de África hace años que se ha convertido en una lucha por sobrevivir.
España considera el Golfo de Guinea una zona de interés estratégico y numerosos militares españoles han desplegado en la zona a bordo de barcos de la Armada. En concreto, Federico Supervielle, que también ha estado en Somalia en dos ocasiones, estuvo en el Golfo de Guinea a bordo del patrullero Infanta Elena.
En Nigeria, a diferencia de en Somalia, una situación política más compleja, la menor repercusión de los crímenes y el hecho de que muchos tengan lugar en aguas territoriales han impedido la creación de una misión anti piratería similar a la que la Unión Europea lidera en aguas del Índico. Sin embargo, los ataques a todo tipo de buques que navegan cerca de la costa nigeriana llevan años poniendo en jaque a la industria marítima mundial. España importa de la zona del Golfo de Guinea un importante porcentaje de las fuentes de energía que consume y, con esta ruta en peligro, tiene la obligación de protegerla.
Pero, ¿qué pasaría si la situación se descontrolase? Esta es la premisa de la que parte El corsario del oro negro. Cuando el país más rico de África quiere seguir exportando su crudo, solo una naviera se atreve a sacarlo de allí. Pero bajo una premisa: su propio barco de guerra protegerá la exportación.
Ficción plagada de realismo
El autor, teniente de navío de 29 años de edad, ha querido plasmar en la novela la terrible situación en la que se encuentran algunas de las rutas marítimas más transitadas del mundo. Pero sin olvidar que la obra es una novela de ficción. En palabras del escritor, las situaciones que se dan en el libro, aunque posibles, son «poco probables» gracias al empeño de la comunidad internacional.
La novela es una secuela de El Albatros y los piratas de Galguduud, la historia de una naviera que se ve especialmente acosada por los piratas en Somalia.
Para proteger su flota el dueño decide fletar un barco de guerra capitaneado por un marino mercante gaditano que termina descubriendo una trama mucho más oscura detrás de los ataques. Plagado de escenas de acción, el libro narra con todo lujo de detalle pero en un lenguaje claro y llano cómo enfrentarse a la piratería moderna.
En palabras de Supervielle, su participación en la operación Atalanta y en el despliegue cooperativo en el Golfo de Guinea le inspiraron a escribir esta novela en la que se recupera el antiguo termino de «corsario» para describir a un barco de guerra particular que lucha contra los enemigos de una nación sin formar parte de sus Fuerzas Armadas.
El auge de la piratería moderna
Si bien el momento álgido de la piratería en Somalia se puede situar alrededor de 2011, el crimen en aguas de Nigeria se ha mantenido en números muy elevados los últimos años bajo la sospecha de que la corrupción hace de caldo de cultivo para estas prácticas. Es por esto que España y otros países de su entorno vienen manteniendo una presencia naval en la zona como medida disuasoria y con el objeto de cooperar con las fuerzas locales para minimizar las posibilidades de actuar de los grupos piratas.
En el Índico, la operación Atalanta de la Unión Europea sigue velando por la seguridad en la mar desde 2009. España, que asumió el mando de la operación en marzo de 2019 desde la Base Naval de Rota, ha mantenido unidades desplegadas durante todo este tiempo y también ha asumido el mando de la fuerza en varias ocasiones. Los esfuerzos europeos se han visto recompensados con la casi desaparición de los piratas, aunque la amenaza aún se considera latente.
Sobre el autor
«Fede» Supervielle Bergés (El Puerto de Santa María, 1990) es oficial de la Armada española y ha estado destinado a bordo de las fragatas Victoria y Canarias y del patrullero Tornado. Ha participado en dos ocasiones en la misión anti piratería de la Unión Europea en el Índico y en un despliegue de seguridad cooperativa en el Golfo de Guinea. En el ámbito castrense, es especialista en sistemas de combate, controlador de helicópteros y buceador, y está en posesión de la Medalla al Mérito Facultativo Naval de la Marina de Méjico y la Medalla al Servicio de la Política Europea de Seguridad y Defensa.
Además, es Máster en Seguridad, Paz y Conflictos Internacionales por la USC y ha escrito artículos para la Revista General de Marina y el Instituto Español de Estudios Estratégicos.
