Aunque el tiempo parece que aún no está dispuesto a dar tregua y paso al verano, los bolos de la mayoría de las localidades españolas están prácticamente cerrados. Y si hay protagonistas en esos eventos, esos son los instrumentos. “Aunque parezca algo secundario, sin los instrumentos adecuados, las fiestas de los pueblos serían un fiasco” comentan desde La llar del músic, una tienda especializada cuya trayectoria en el sector avala sus conocimientos.
Basta echar un vistazo al imaginario y recuerdos colectivos para recordar cuáles son algunas de las canciones que, si no suenan en cualquier plaza del pueblo o de ciudad que se precie, no se da por válido el festivo.
“Para nosotros, sin duda, hay cinco instrumentos que son básicos en cualquier orquesta para las celebraciones estivales: la guitarra acústica, el piano digital, la batería, el saxo o la trompeta para el sonido de viento y una caja china” dicen los responsables de La llar del músic.
Cualquier orquesta que se precie y que vaya a echarse a la carretera sabe que es imprescindible cumplir con las expectativas del público al que van a visitar. Y, pese a quien le pese, las fiestas populares requieren clásicos que, aunque todo el mundo esté de acuerdo en que no son la mejor música posible, sí forman parte de la tradición del propio festejo y formar ya parte del mismo.
Las verbenas están pensadas para amenizar las tardes y para que el público que se acerca a ellas, tenga la edad que tenga, las disfrute.
De ahí que el sonido y la armonía que consiguen los instrumentos que forman parte de los grupos que amenizan las horas de una plaza que, desde el primer momento, se convierte en una suerte de cita familiar donde todas las generaciones conocen las canciones – no como si fuera un DJ, que dejaría al margen a gran parte de la población rural – y disfrutan con sonidos y coreografías más que conocidas por todos.
Las verbenas y fiestas populares son el momento más importante del verano para muchos, porque la música y los sonidos que llenan las calles del pueblo pasan a ser la llamada familiar a la diversión independientemente de la edad. Abuelos, tíos, primos, padres, amigos y los más pequeños disfrutan juntos. Esa es la magia de los instrumentos de las orquestas, que hacen como el flautista de Hammelin creando unos recuerdos que son imborrables. Todos recordamos a nuestros padres o abuelos bailando en la plaza con los más pequeños. Por eso, los que de verdad saben de música, como es el caso de tiendas de instrumentos como La llar del músic saben de verdad cómo aconsejar a quienes se dedican al show.
