En la mente de la mayoría está que cualquiera que se esfuerce por lograr un objetivo, aquél que trabaje duro en pro de ello, se verá, tarde o temprano, recompensado. Y en la mente de todos también está que esa recompensa debería ser algo positivo y beneficioso para aquel que lo haya logrado. Sin embargo, esto no siempre es así, y algunos cuyo único delito ha sido trabajar para poder sustentar a su familia, se han visto injustamente premiados con enfermedades, en algunos casos mortales, desarrolladas como consecuencia de su labor profesional. Tristemente, y como suele ser habitual, las leyes llegan tarde para todos aquellos que han visto truncadas sus vidas por esta causa. Puede que algunos ya tengan un buen ejemplo en sus cabezas, pero para los que todavía no lo han hallado, puede que el mejor sin duda sea pensar en todos esos trabajadores que durante años han estado manipulando amianto sin tomar ningún tipo de precaución y sin ser conscientes de lo que la inhalación de sus fibras podía causar en su organismo. Hoy son muchos los que se lamentan de lo que esas fibras invisibles han hecho con su salud, y también muchos los que sufren la ausencia de quienes pagaron un más que elevado precio por trabajar. Y a pesar de que hace muchos años que ya no se utiliza, precisamente por tratarse de una sustancia cancerígena, sigue presente en la vida de la mayoría, pues el Parlamento Europeo ha fijado en 2028 la fecha límite para la completa retirada de amianto en Córdoba o en cualquier otro lugar de la Unión Europea, ya que el uso y empleo del amianto no se ha limitado a España.
Y es que, este material ampliamente utilizado por sus magníficas propiedades en multitud de sectores entre los que cabe destacar el de la construcción, ha sido causante de innumerables enfermedades. De hecho, según la Organización Mundial de la Salud todos los tipos de amianto causan cáncer de pulmón, mesotelioma, cáncer de laringe y ovarios y asbestosis, también conocida como fibrosis de los pulmones.
No obstante, y para tranquilidad de todos aquellos que sean conocedores de la existencia de amianto en las inmediaciones de sus hogares, empresas o cualquier lugar que visiten con frecuencia, cabe decir que el contacto directo con las estructuras de amianto no supone por sí mismo un riesgo para la salud.
El mayor riesgo se presenta cuando las personas inhalan las fibras de asbesto presentes en el aire algo a lo que están expuestos todos aquellos que por ejemplo se dedican a la retirada de amianto en Córdoba o en cualquier otro lugar. No obstante, la desgracia de muchos ha motivado que todo lo que rodea al amianto esté hoy en día y desde hace años más que regulado. Haciendo que todo el proceso de retirada de estos materiales esté vigilado con lupa.
El elevado precio que han tenido que pagar algunos trabajadores es hoy la salvación de otros.
