La construcción Passivhaus, también conocida como casa pasiva, es un estándar de edificación que busca maximizar la eficiencia energética y el confort interior, reduciendo al mínimo el impacto ambiental.
Este modelo, originado en Alemania en la década de 1990, se centra en la creación de espacios con una demanda energética casi nula, gracias al uso de materiales de alta calidad, técnicas innovadoras y un diseño optimizado. Destacan por su capacidad para mantener una temperatura interior agradable durante todo el año, con un consumo energético mínimo.
El interés por las construcciones Passivhaus en Galicia, ha crecido significativamente debido a la búsqueda de soluciones sostenibles que se adapten a las características climáticas de la región. Las edificaciones bajo este estándar no solo contribuyen a la reducción de las emisiones de CO₂, sino que también ofrecen una alternativa económica a largo plazo, disminuyendo los costos de calefacción y refrigeración. Además, las empresas que promueven casas pasivas, están liderando un cambio hacia un modelo más respetuoso con el medio ambiente y adaptado a las necesidades del siglo XXI.
Este tipo de diseño se basa en cinco principios fundamentales: un excelente aislamiento térmico, ventanas y puertas de alta calidad, eliminación de puentes térmicos, hermeticidad del aire y ventilación mecánica con recuperación de calor. Estos elementos trabajan en conjunto para garantizar un consumo energético reducido y un ambiente interior saludable, libre de contaminantes y con una excelente calidad del aire. A través de estos principios, las edificaciones logran un equilibrio perfecto entre sostenibilidad, eficiencia y comodidad.
“Además de poder llegar a reducir la demanda entre un 50% y 90% con respecto a una vivienda convencional, las viviendas construidas con los estándares Passivhaus poseen una mejor calidad del aire, lo que aumenta la sensación de confort interior”, comentan en Quercus Arquitectura.
Un aspecto interesante de estas casas es su versatilidad. Este estándar no se limita a viviendas unifamiliares; también se aplica en edificios de apartamentos, oficinas y espacios públicos. La flexibilidad del modelo permite su adaptación a distintos tipos de proyectos arquitectónicos, haciendo de esta solución una tendencia en alza en todo el mundo. Además, incorporan tecnologías avanzadas como paneles solares, sistemas de almacenamiento de energía y materiales reciclables, reforzando su compromiso con el cuidado del medio ambiente.
En el contexto actual, donde la sostenibilidad es una prioridad global, este tipo de casas se posiciona como una respuesta efectiva a los desafíos energéticos y climáticos. Estas edificaciones no solo reducen la dependencia de combustibles fósiles, sino que también fomentan un estilo de vida más consciente y responsable. Su implementación en regiones como Galicia demuestra que es posible construir con inteligencia, respetando el entorno natural y promoviendo un bienestar duradero para las personas.
Este modelo combina innovación, responsabilidad ambiental y confort, adaptándose a las necesidades de quienes buscan una vivienda que integre diseño y sostenibilidad. Apostar por este estándar es invertir en un mundo mejor, donde la arquitectura y la ecología trabajan de la mano para ofrecer soluciones habitacionales que beneficien a las personas y al planeta.
