El sector de la construcción vuelve a estar en pleno auge. Gracias a la buena salud y al número de escrituraciones récord con el que se cerró 2022, son muchas las promotoras que han vuelto a poner en marcha planes para levantar edificios y viviendas que den respuesta a la creciente demanda de la nueva generación que quiere independizarse.
En este sentido, para comprender la revolución que está habiendo, basta con echar un vistazo a los nuevos materiales que poco a poco van siendo más aceptados en las nuevas viviendas y que serán tendencia en breve.
“La construcción es una disciplina que está en plena evolución. Con la innovación, están llegando nuevos materiales que están teniendo gran acogida. No solo hay que adaptar los materiales para la construcción de obra nueva en Barcelona, un entorno más húmedo pero menos frío, sino también los que mejor aíslen, por ejemplo, en la zona pirenaica. De ahí la importancia de conocer a fondo sus prestaciones y apostar por los que de verdad respondan al entorno en el que se levantará la casa” explican desde Gestión Varu, especialistas en obra nueva.
4 tendencias en la obra nueva
- Techos verdes. Las zonas urbanas están ávidas por crear zonas verdes que ayuden a controlar la contaminación y mejoran la calidad del aire. Las losas verdes y también las cubiertas verdes están siendo una de las últimas tendencias en el ámbito del diseño atendiendo a razones medioambientales. Gracias a este tipo de acabados no solo la vivienda aísla mejor de las temperaturas sino que mejora el aire de la zona y dota a los edificios de un nuevo área de disfrute.
- Hormigón permeable para zonas comunes. Este tipo de solución está siendo muy bien acogida ya que permite tener un alcantarillado de menor capacidad, pero garantizando la permeabilidad del agua de lluvia sin crear humedades. Su color es clave para garantizar espacios que parezcan más grandes.
- Tejas fotovoltaicas. En pleno desarrollo de instalaciones fotovoltaicas para ir hacia la independencia energética, el uso de este tipo de materiales es clave. El ahorro a medio plazo está claro.
- Cemento termocrómico: gracias a su acabado la fachada es capaz de regular en cierta forma su temperatura en momentos de frío o calor por encima de la media. Así la eficiencia energética del edificio es mucho más optimizada.
