El consorcio privado chino Alibaba, se ha destacado en la última década como una de las empresas de comercio en internet con mayor crecimiento de los últimos tiempos.
Se estima que en la actualidad, el valor de la empresa ronde por los 120.000 millones de dólares y, según algunos analistas como JP Morgan, dicho valor puede aumentar para el 2025, en un 50%.
Todo lo que hay que saber sobre la sanción impuesta a Alibaba
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El mensajero es el mensaje
Recientemente, Alibaba, el gigante del comercio electrónico, fue castigado y deberá cancelar una multa de 2.800 millones de dólares.
Según organismos gubernamentales de China, la empresa aprovechó su posición en el país para ejercer una especie de monopolio en cuanto a los servicios de venta al por menor y entre consumidores.
Dicha situación generó una reunión de emergencia por parte de los directores de la compañía a fin de establecer una restructuración laboral para poder hacer frente al pago inmediato de la multa impuesta. De igual manera piensan establecer nuevas premisas de trabajo para cumplir con las regulaciones establecidas por el gobernó chino.
Esta acción de multar con esta cantidad de dinero al gigante tecnológico, es un claro mensaje hacia otras empresas que, por más dinero que puedan producir, siempre estarán sujetas a las regulaciones del estado.
En el caso de la multa de Alibaba, supone tan solo un 4% de los ingresos que obtuvo la compañía en el año 2019, es un mensaje que establece que más adelante la sanción podría ser por un monto mayor, lo que comprometería el buen funcionamiento de esta plataforma.
Definitivamente, el Partido Comunista Chino (PCCh) quiso usar a Alibaba como un mensajero para que otras empresas que participan del conglomerado comercial en China, entiendan que nada puede ser más poderoso que dicho partido.
Partido Comunista Chino
Este ente político es, sin lugar a dudas, el gran regulador de la vida de los ciudadanos chinos y posee una sólida estructura que controla no solo los ámbitos políticos y sociales, sino también el económico.
Al parecer, empresas como Alibaba habían comenzado a generar una influencia en la vida de las personas. Tanto es así, que en los últimos estudios de mercadeo se estableció que todas aquellas personas que tenían descargada la aplicación de esta plataforma, no podían dejar pasar un día entero sin entrar en ella.
Es decir, ya se había generado cierta dependencia a la misma, por lo que el PCCh consideró necesario utilizar la fuerza de las leyes del país para que, no solo Alibaba Group, sino también todos los grandes conglomerados comerciales e industriales, comenzaran a cambiar el patrón de venta que tienen implementado en sus empresas.
La intención es que los ciudadanos entiendan que la última palabra en cuanto a cualquier cosa que suceda en China, va a depender directamente del Partido Comunista.
El gobierno de Xi Jinping ha aprovechado al máximo la aparición del coronavirus, ya que el comercio interno ha generado mayores ganancias que en los últimos años pero, según estiman los miembros del PCCh, los SEO o directores principales de empresas han pretendido asumir un rol de poder dentro de la República Popular China .
Por supuesto, es una situación que no puede permitirse ya que el partido es la columna vertebral del país, e incluso las tradiciones más arraigadas que existen en la actualidad en China, dependen netamente del Partido Comunista.
Siempre que la hegemonía del partido se sienta amenazada, utilizará, de alguna manera, la legislación y los reguladores chinos con el fin de sancionar, ya sea económicamente, políticamente e incluso socialmente, a cualquiera que esté aglutinando una cuota importante de poder.
Interés de controlar el sector económico
Si bien es cierto que el gobierno desea mantener un control total sobre el sector del comercio electrónico en China, debe comenzar su proceso de aprovechamiento de manera paulatina.
Siendo Alibaba la llamada joya de la corona de la economía asiática, el pretender controlarla de la noche a la mañana podría generar una descapitalización que podría incluso llevar a la quiebra a la empresa.
Ante este panorama, la gran cantidad de compañías que están emergiendo dentro de la economía china, indudablemente establecerán nuevas formas de trabajo, que bajo ningún concepto pongan en peligro el liderazgo del gobierno.
El estado comunista necesita garantizar que todos lo obedezcan, indistintamente de la posición que tengan en la escala social, y esto es un claro mensaje para el multimillonario chino Jack Ma, dueño de Alibaba, y de quien se rumoreaba que estaba interesado en invertir en otras compañías del sector tecnológico del país.
En tanto, China seguirá disfrutando de las bondades económicas que obtiene gracias a la gran cantidad de empresas que conforman el parque comercial.
La intención de sancionar a Alibaba es que todos reflexionen para que sepan que, si bien es cierto que ellos están ganando una extraordinaria cantidad de dinero, una parte de ese beneficio debe ir directamente a las arcas del estado chino y, por ende, del Partido Comunista.
Todo el mundo está tenso
Después de conocerse que el liderazgo de Pekín sancionó a la empresa Alibaba, gran cantidad de inversores detuvieron la compra de bonos y otros papeles comerciales.
Como se sabe, China ha establecido un comunismo atípico en el que ha dado gran libertad a las empresas para que hagan parte del mercado, siempre y cuando entiendan que las reglas del juego las establece el estado, y que dichas reglas pueden cambiar en el momento en que el Partido Comunista Chino lo considere.
El sector económico en China ha demostrado que se maneja con poco o ningún criterio y, aunque el mercado interno del país es sumamente atractivo para cualquier inversionista, muchos tendrán que sopesar si realmente se arriesgan a emprender negocios de miles de millones de dólares sin garantía futura.
Por lo pronto, muchas empresas esperaran observar como será en el futuro la relación entre Alibaba y el estado y cuáles son las estrategias que implementará para no ser acusado nuevamente de abusivo control y dominio del mercado.
Indudablemente, será una guerra de ideas entre los reguladores del Partido Comunista Chino y los directivos de las empresas del sector de comercio electrónico del país.