El virtuoso guitarrista clásico Rafael Serrallet, aclamado por su profunda y reflexiva musicalidad, deleitó al público de Penang en su segunda actuación en esta ciudad. Proveniente de España, Serrallet es uno de los nombres más destacados en la escena musical española, con una trayectoria de treinta años y más de mil conciertos en innumerables países.
Considerado uno de los guitarristas de concierto españoles con mayor experiencia internacional, Serrallet ostenta el récord Guinness por ser el primer músico clásico en ofrecer conciertos en los siete continentes, incluyendo la lejana Antártida. Sus apasionadas interpretaciones y su singular forma de traducir la música en cautivadoras experiencias han sido descritas como auténticos hechizos musicales.
La emotiva actuación de Rafael Serrallet tuvo lugar el sábado 15 de abril a las 7:30 PM en Homestead – Wawasan Open University. En esta ocasión, estuvo acompañado por un selecto grupo de músicos de la prestigiosa Orquesta Filarmónica de Penang, brindando una presentación sobresaliente llena de pasión y virtuosismo.
El programa musical incluyó emotivas piezas solistas de destacados compositores españoles como Albéniz, Tárrega, Padilla, Penella, entre otros, así como obras de reconocidas compositoras españolas como Josefina Robledo, Matilde Salvador y Claudia Montero. Además, los músicos estrenaron «Epitaph», una impactante composición inspirada en el poema «Epitafio» del poeta español Ferran Garrido, la cual Serrallet ha transformado magistralmente en una obra musical. La pieza fue recibida por el público con una gran ovación.
Serrallet es, sin lugar a dudas, un verdadero embajador de la cultura española, y va más allá de ser simplemente un guitarrista; es un músico integral que busca compartir su pasión por la música con el mayor número de personas posible. Ha desarrollado innovadores proyectos pedagógicos musicales en países como Marruecos, Medio Oriente, Sudán, la República Democrática del Congo, Kenia, Zimbabue, Senegal, Filipinas, Myanmar, y muchos más. Contrario a la percepción de que la música clásica puede resultar elitista y exclusiva, Rafael la concibe como una poderosa herramienta de integración social.