Tras largos meses sufriendo los envites del SARS-CoV-2, la sociedad parece haberse olvidado completamente de que este virus mantuvo en jaque a prácticamente todo el planeta. Atrás quedaron las imágenes dantescas, unas imágenes que no eran sino el reflejo de una realidad en la que la cifra de casos no cesaba de crecer y, por desgracia, tampoco la de fallecidos.
Según la última actualización publicada por el Ministerio de Sanidad, el número total de casos confirmados y notificados en España ronda los 13,315 millones, mientras que el número de fallecidos supera los 112.000. Unas cifras que durante los últimos tiempos y, gracias a la administración de vacunas, han ralentizado su crecimiento, lo que ha permitido volver a esa normalidad de la que ahora se puede disfrutar.
No obstante, y pese a que desde la aparición del coronavirus muchas personas se vieron obligadas a realizar constantes pruebas para garantizar su seguridad y, fundamentalmente, la de aquellos que los rodeaban, lo cierto es que pocos son los que conocen las diferencias entre un test de antígenos, una PCR o un test serológico, por lo que no siempre se elige la prueba más apropiada en cada caso, lo que supone un riesgo.
Entonces, ¿cuáles son las diferencias entre las distintas pruebas covid en Madrid y cuándo es recomendable hacerse una u otra?
Las pruebas más utilizadas actualmente son los test de antígenos, ya que permiten detectar la presencia del virus de forma rápida, sencilla y económica, a través de una muestra nasofaríngea. Sin embargo, se trata de una técnica específica para la detección precoz durante los días 2 a 7 de la enfermedad, siempre y cuando el paciente muestre síntomas.
Por su parte, y a diferencia de la anterior, la prueba PCR utiliza tecnología DNA recombinante para la detección del virus en las primeras fases respiratorias, antes de que cualquier otra prueba sea capaz de revelar su presencia. Las PCR tienen alta especifidad y sensibilidad, independientemente del tipo de muestra extraída, es decir, tanto en el caso de muestras de saliva como nasofaríngeas.
Los análisis serológicos sirven para determinar la cantidad de inmunoglobulines IgG e IgM presentes en el cuerpo, es decir, sirven para conocer el estado inmunitario frente al virus. El IgM es el primer anticuerpo que aparece tras el contagio, se detecta a partir del día 13 y desaparece en el momento en que cede la replicación del virus. El IgG aparece poco después e indica el estado inmunitario del organismo. Asimismo, es posible analizar la procedencia de estos anticuerpos, lo que permite saber si proceden de la vacunación o fueron generados al superar la enfermedad.
Por lo tanto, cuando se tienen síntomas lo más efectivo es realizar una prueba de antígenos, mientras que cuando no se tienen síntomas lo común es utilizar una PCR, siendo esta última la prueba más requerida a la hora de viajar, pues lo que se pretende con ello es evitar la propagación del virus. Por contra, si lo que se desea es conocer el estado inmunitario frente al virus, algo esencial a la hora de decidir si se debe administrar una nueva dosis de la vacuna, el análisis serológico será el indicado.
Y es que, pese a que la situación ha mejorado muchísimo gracias a la inoculación de vacunas, solo en España se han administrado más de 95,612 millones de dosis, no conviene bajar la guardia, pues siguen siendo muchas las personas vulnerables que nos rodean.