En la capital de Perú, específicamente en el Distrito Los Olivos, se realizó una fiesta clandestina. Esta se llevó a cabo en una discoteca conocida como Thomas Restobar, sin importar las medidas impuestas por el gobierno peruano para frenar la propagación del coronavirus.
En tal sentido, los vecinos de la zona llamaron a la policía y al hacer acto de presencia, se produjo una reacción de pánico en los invitados a la coronaparty, ocasionándose así una tragedia que dejó un saldo de 13 personas muertas.
Causas y efectos y de la coronaparty peruana
Contenido del artículo:
¿Qué sucedió en Thomas Restobar?
Según el comunicado oficial del Ministerio del Interior, aproximadamente a las 9 PM, hora local de Lima, las autoridades policiales recibieron una llamada por parte de los vecinos del barrio Los Olivos.
En esa llamada se alertaba a las autoridades sobre una fiesta que se estaba realizando en una discoteca de 2 pisos conocida como Thomas Restobar. Cuando las personas que se encontraban en el lugar se percataron que había llegado la policía, decidieron salir huyendo para evitar ser apresadas. Ellos sabían que estaban violando el toque de queda declarado por el gobierno local.
Fue entonces cuando el caos se desencadenó y todos quisieron de manera simultánea bajar las escaleras para salir de la discoteca. Sin embargo, producto de los nervios algunas personas cerraron la puerta y todos, queriendo salir del lugar, comenzaron a atropellarse. Este caos fue lo que ocasionó que muchas personas fueses aplastadas unas contra otra.
A medida que transcurría el tiempo se incrementaban los gritos lo que aumento aún más la incertidumbre, el temor y el nerviosismo que llevaba a empujar con mucha más fuerza a quienes iban bajando las escaleras produciéndose así mayor número de muertes.
El grave problema que se presentó según expresaron voceros oficiales, es que esta discoteca tenía una sola puerta de acceso. Es decir, no había salidas de emergencia. En tal sentido, lo que generó la tragedia fue que 120 personas a la vez intentaran salir por una pequeña puerta.
Responsabilidad gubernamental
Los dueños de la discoteca responsabilizaron a la policía de haber ocasionado la tragedia. Según expresaron algunas personas, los efectivos bloquearon la puerta y comenzaron a realizar disparos para dispersar a los asistentes a la fiesta. De igual manera, utilizaron gases lacrimógenos con el fin de obligarlos a salir.
Algunos testigos aseguraron a medios locales que ciertamente fueron arrojados gases lacrimógenos al interior del recinto y esto fue lo que generó temor, confusión y desesperación a los asistentes de la coronaparty. Esta fue la razón por la cual intentaron salir en estampida de la discoteca.
Por su parte, el ministerio de interior negó rotundamente que la policía bloqueara la puerta ya que según estos, la puerta se abre hacia adentro del local. De igual manera dijo que durante el operativo se cumplieron todos los protocolos de seguridad y que para dispersar a los asistentes a la fiesta, se valió de la fuerza coercitiva y en ningún momento los funcionarios utilizaron métodos represivos tales como, gases lacrimógenos o armas de fuego.
Así mismo, el ministro expresó que el local no cumple con las medidas de seguridad adecuadas para realizar una reunión de tal magnitud. Así mismo, se sabe que el inmueble donde se realizó la fiesta pertenece a la empresa textil Monditex. En tal sentido, serán llamados a declaran los gerentes y propietario de dicha empresa a fin de establecer las responsabilidades respectivas.
Reacciones del gobierno peruano
El presidente Martín Vizcarra dijo que no podía sino sentir cólera e indignación por los responsables de organizar el evento. Es inconcebible que pese a un llamado constante a la conciencia cívica, a algunas personas les importe poco exponer su vida y la de los demás.
En tanto, el presidente solicitó al Ministerio Público una rigurosa investigación de los hechos y que se sancione de manera aleccionadora, no solo al propietario de la discoteca sino a todos los que están involucrados en este tipo de eventos.
Por su parte, la Ministra de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, Rosario Sasieta, condenó fuertemente los hechos y exigió que todos los responsables directos e indirectos de haber organizado la coronaparty deben ser sancionados.
Según la ministra, son unos empresarios irresponsables que con un afán de lucro, permitieron que se reunieran 120 jóvenes sin importar la grave situación por la que está pasando Perú con respecto al Covid-19.
Vale resaltar que en la actualidad, pese a que Perú fue uno de los primeros países latinoamericanos en tomar serias medidas para contener el avance del virus, es hoy día unos de los países con mayor cantidad de casos ya que más de 13.661 personas se encuentran hospitalizadas con síntomas de coronavirus y hasta la fecha 1.506 pacientes se encuentran en cuidados intensivos utilizando respiración asistida.
Las autoridades policiales lograron detener a 23 personas de las que se encontraban en la fiesta realizada en Thomas Restobar, estos fueron sometidos inmediatamente a pruebas de descarte de Covid-19 resultando positivos 15 de ellos.
De esos 15, están en fase de alto contagio 13 personas. Es decir, que las más de 80 personas que escaparon de la fiesta pueden estar contagiadas de coronavirus. Esto, sin duda, ha generado un foco de infección muy grande según lo expresado por Claudio Ramírez del Ministerio de la Salud.
Otro hecho bastante preocupante es que expresan los vecinos que era la cuarta vez que se realizaba este tipo de eventos en esa discoteca. De ser así, entonces todas las personas que estuvieron anteriormente en esas fiestas pueden ser pacientes asintomáticos y contagiantes del virus.
Se sabe que de las 13 personas que murieron asfixiadas producto de la estampida y cuyas edades oscilan entre 20 y 30 años, 11 dieron positivo al Covid-19 lo que significa, que dentro de la fiesta se encontraba una gran cantidad de personas enfermas que sin tomar las más mínimas medidas de seguridad, estaban compartiendo con otras personas que, seguramente, estaban sanas antes de llegar a dicha reunión.
Más allá de la responsabilidad del gobierno peruano y de los dueños del local, está la propia responsabilidad de todos aquellos que participaron en la llamada coronaparty donde se pretendía celebrar un cumpleaños.