El mazapán es un dulce tradicional que se disfruta desde hace siglos, especialmente durante la temporada navideña. Sin embargo, su versatilidad y potencial económico se extienden mucho más allá de la Navidad, haciendo que cada vez haya más exportaciones que se mantienen durante todo el año a mercados emergentes.
Una historia con raíces en Oriente Medio
Se cree que el mazapán se originó en Medio Oriente, donde se elaboraba a partir de almendras y azúcar.
Se dice que todo este recetario dulce se introdujo en Europa durante las Cruzadas y se convirtió en un regalo popular durante el Renacimiento.
Hoy en día, el mazapán, uno de los que han perdurado desde entonces, se asocia con la Navidad en muchos países, particularmente en Europa. En Alemania, por ejemplo, los cerdos de mazapán son un regalo tradicional que se intercambia durante la temporada navideña. En España, al mazapán se le da forma de frutas y verduras y se vende en cajas de colores brillantes para tomar como postre o como dulce navideño. En Italia, el mazapán se utiliza a menudo para crear intrincados belenes. “La importancia cultural del mazapán durante la Navidad ilustra cómo la comida puede conectar a las personas con su herencia y tradiciones” comentan desde Dulces San Francisco.
Nuevos usos para comprar mazapán artesano
Aunque se ha planteado como producto en sí mismo, también se utiliza habitualmente en productos de repostería, panadería y repostería, como tartas, galletas y chocolates.
Se puede utilizar para crear productos como barras de chocolate rellenas de mazapán, helado de mazapán y cócteles de mazapán, un recurso que lo saca de ser un producto estacional y que permite a las fábricas seguir funcionando todo el año, facturando y, sobre todo, creando empleo.
En los últimos años se ha producido una creciente demanda de productos de mazapán naturales y ecológicos, lo que ha llevado al desarrollo de nuevas recetas y técnicas de elaboración que cuentan también con la innovación como objetivo.
Creador de empleo
La producción de mazapán puede tener un impacto significativo en el empleo y el desarrollo económico, particularmente en las regiones donde se cultivan almendras. La producción de mazapán requiere mano de obra calificada y brinda oportunidades de empleo en el sector dulce. Además, puede promover las economías locales y regionales al apoyar a los productores de almendras y otros proveedores.