Las pistas deportivas están en pleno auge en un momento en el que la conciencia de evitar el sedentarismo ha calado de verdad en la sociedad. De hecho, cada vez son más quienes buscan en los polideportivos y zonas deportivas entrenamientos que, sin desplazarse demasiado lejos, les permitan ejercitarse bien de forma individual o en grupo.
Pero, ¿es lo mismo hacerlo en islas que en zonas secas? En realidad, es algo que los constructores tienen en cuenta para evitar elegir materiales que, con la humedad puedan resbalar o que, con la sequedad, puedan agrietarse.
Materiales para alta humedad
A la hora de seleccionar materiales para pistas deportivas en zonas de alta humedad, es fundamental tener en cuenta su durabilidad y resistencia al agua e incluso al salitre.
Los materiales sintéticos como el polipropileno, el polietileno y el PVC son opciones populares para pavimentario e instalaciones deportivas en estas áreas de alta humedad debido a su resistencia y durabilidad.
“También se pueden utilizar materiales naturales como la madera y la arcilla, pero requieren más mantenimiento y pueden no ser tan duraderos como los materiales sintéticos. Los materiales híbridos que combinan materiales sintéticos y naturales pueden ofrecer lo mejor de ambos mundos, ofreciendo durabilidad y resistencia a la humedad manteniendo un aspecto natural. Actualmente esta última opción es la que más demanda tiene” explican desde Tennis Quick Canarias.
Cómo conseguir un correcto mantenimiento
Como en cualquier otra instalación, es necesaria una limpieza regular para evitar el crecimiento de moho y hongos, que pueden ser peligrosos para la salud de los atletas y dañar la superficie de la cancha.
Un drenaje adecuado también es esencial para evitar la acumulación de agua, que puede causar daños a la superficie y la subbase de las pistas, provocando incluso protuberancias que serían un peligro para los deportistas. “La aplicación de capas protectoras puede prevenir daños causados por los rayos ultravioleta y la exposición al agua salada, que son comunes en zonas como la nuestra” comentan.
Tener en cuenta las condiciones climáticas como la temperatura, la humedad y la lluvia pueden afectar la superficie y la subbase de la cancha. El uso frecuente e intenso también puede provocar desgaste en la pista, reduciendo su durabilidad. La calidad de la instalación y el mantenimiento también juega un papel importante en la longevidad de la cancha. Una instalación adecuada y un mantenimiento regular pueden prolongar la vida útil de la cancha y garantizar un juego seguro.
En conclusión, el mantenimiento de canchas deportivas en áreas de alta humedad requiere una cuidadosa consideración de los materiales, los requisitos de mantenimiento y los factores que afectan su durabilidad. Cuando los clubes ponen en marcha este tipo de inversiones, tienen muy en cuenta cuáles serán las consideraciones a tener para garantizar un espacio libre de lesiones.