Los dos procesos difieren en su interacción con el material: en la marcación, hay un proceso de transformación física de la superficie que genera un cambio en el tono permanente, mientras que el grabado elimina una capa superficial del material, haciéndolo vaporizar y creando una abrasión. En este sitio web https://www.lasitlaser.es/ encontrarás más información sobre los conceptos descritos en este breve artículo.
Analicemos los 3 pasos a través de los cuales «escribimos» con láser;
El haz láser impacta la superficie del material
Todos los métodos de marcación o grabado láser tienen en común que el haz es pulsado y libera energía a intervalos específicos. Por ejemplo, un láser de 100W libera 100.000 pulsaciones en un segundo. Cada pulsación contiene un milijoule de energía y puede alcanzar 10.000W de potencia punta. Para controlar la cantidad de energía emitida por el láser, es necesario ajustar los parámetros de procesamiento. Los más importantes son la velocidad y frecuencia y – a nivel de diseño – el espacio entre líneas. De esta manera, se puede manejar adecuadamente la distancia entre pulsaciones para obtener la combinación correcta entre superposición de pulsaciones y concentración de energía.
La superficie del material absorbe la energía del haz láser
La superficie del material solo absorbe y convierte una parte de la energía de la pulsación láser en calor. Para realizar la marcación, dependiendo del tipo de material y la marcación requerida, la energía puede calentar localmente la superficie del material, hacerlo fundir o vaporizarlo. El proceso de vaporización es el utilizado en el caso de grabado. Estamos en condiciones donde un material con una baja absorción – como el aluminio – pero con una temperatura de fusión baja (585 °C) funciona más rápido y fácilmente que un material con una absorción más alta pero con una temperatura de fusión más alta, como el acero.
La superficie resultante determina el efecto de la marcación.
Durante el proceso de marcación, ocurre una variación localizada en la superficie impactada por el rayo láser. De esta manera, la rugosidad de la superficie se modifica y se generan señales permanentes que son el contenido de la marcación: un código, un logo, un gráfico.
En conclusión, la marcación láser y la incisión láser son dos procesos distintos que difieren en su interacción con el material. Mientras que la marcación implica una transformación física en la superficie que genera un cambio permanente en el color, la incisión elimina una capa superficial del material vaporizándolo y creando una abrasión.
El proceso de marcación láser se produce a través de tres fases principales: el haz láser impacta la superficie del material, el material absorbe la energía del haz láser y la superficie resultante determina el efecto de la marcación. Para controlar la energía emitida por el láser es necesario ajustar los parámetros de trabajo, como la velocidad y frecuencia, y la distancia entre puntos. La cantidad de energía absorbida por la superficie del material determinará el tipo de marcación y el efecto final. Al elegir la combinación adecuada de parámetros de trabajo y material, se pueden obtener resultados de marcación láser de alta calidad y duraderos en el tiempo.