El síndrome de Asperger es una etiqueta diagnóstica que desapareció con la implantación en 2013 de la DSM-5. Aunque el síndrome de Asperger sea una etiqueta obsoleta, hay que entender que únicamente ha cambiado la forma de categorizarlo y no de manifestarse, por lo que la condición sigue siendo la misma. Las características del Trastorno del Espectro Autista (TEA) afectan a la comunicación social interactiva: pudiendo generar con ello dificultades en la comunicación, especialmente en la comunicación no verbal y en la reciprocidad. Esto puede alterar el mantenimiento y la comprensión de las relaciones sociales. Asimismo, puede coexistir patrones de interés restringidos, así como adhesión a ciertas conductas rígidas y repetitivas: estereotipias, inflexibilidad, hiper o hiporreactividad a los estímulos sensoriales.
Iván y Natalia, dos personas con este diagnóstico, participan actualmente en un proyecto de apoyo psico – social de las secuelas de la alerta sanitaria por la COVID – 19.
Iván Martín es un joven de 30 años que actualmente está trabajando, aunque refiere que le gustaría dedicarse a aquello en lo que se ha formado, comunicación audiovisual.
“Acudir a terapia, me ha salvado la vida, porque estaba viviendo una situación muy angustiosa en esa época” afirma emocionado.
La ansiedad hipocondríaca ha limitado significativamente el día a día del joven. Tener pensamientos obsesivos y miedos recurrentes es una maraña de hilo, que en la terapia de la Asociación Asperger Madrid, van desenvolviendo y encontrando estrategias para afrontar cada situación.
Compartir sus intereses e ir descubriendo situaciones de disfrute, así como resignificar las experiencias vividas, serían las claves que le acompañan como receta para la mejora de su estado anímico.
Tips: descubrir situaciones de disfrute y la amistad como receta para la soledad
Natalia García, de 22 años, continúa realizando las sesiones de terapia de manera telemática, por los miedos que se han instaurado en ella.
Para Natalia, la actividad y las relaciones, son las mejores tener unas estrategias para manejar su ansiedad y la soledad. Natalia dice grupo de personas con las que habla, que aceptan su condición y se adaptan a sus necesidades.
La salud y la percepción de la enfermedad son las grandes preocupaciones de Natalia. Asimismo, en el contexto terapéutico, también tiene un espacio semanal para hablar de la relación con los diferentes miembros de su familia. Esto le ayuda a comprender la comunicación social y la forma de comportarse que tienen los demás.
La alerta sanitaria impactó en su vida y ahora, después de tres años, está retomando actividades como el deporte, para ir teniendo calidad y bienestar.
Este proyecto está impulsado por la Fundación la Caixa y así la Asociación Asperger Madrid puede ofrecer apoyos a 20 personas con Trastorno del Espectro del Autismo de la Comunidad de Madrid, para que generen estrategias emocionales y sociales que les permitan afrontar su día a día con autonomía y calidad, afirma la trabajadora social.