Vestir bien es una forma de arte, una señal de respeto y uno de los ingredientes clave para lograr una apariencia sofisticada que sirva de carta de presentación.
Un traje hecho a medida es una pieza única y personalizada que puede favorecer y resaltar las mejores partes.
“Los trajes a medida son un clásico de la moda atemporal que se basa en la elegancia y sofisticación. Ya sea para una boda, una reunión de negocios o un evento formal, un traje bien ajustado puede causar una impresión duradera” explica Nicolás Guzmán, asesor de imagen que apuesta por tejidos que encajan en cada situación.
Con tantos estilos, telas y sastres para elegir, puede resultar complicado si no se tiene ayuda.
Una experiencia única con el sastre
Cuando se trata de trajes a medida, la experiencia del sastre es crucial para lograr el ajuste y resultado perfecto.
Por suerte, son especialistas a la hora de conocer el tipo de cuerpo para buscar los diseños y patrones que mejor van a encajar con cada uno, dando preferencia a un look que encaje con cada hombre. También asesora en tipo de tela y colores para conseguir una apariencia sofisticada pero elegante y que permita que esa inversión pueda ser atemporal y útil para eventos futuros, no exclusiva para una sola puesta.
A diferencia de los trajes disponibles en el mercado, los trajes a medida ofrecen ajuste y silueta, mejorando la forma que proyecta el cuerpo para sentirse seguro.
La elección del tejido es un aspecto fundamental en los trajes a medida. De hecho, es una de las preocupaciones de quienes necesitan usarlo por motivos laborales todo el año ya que en verano supone todo un desafío para evitar demasiado calor y, en invierno, otro diferente para sentir confort mientras bajan las temperaturas.
Diferentes tejidos ofrecen diferentes beneficios, según la ocasión, la estación y el clima. La lana es un tejido versátil y duradero que funciona bien para trajes para todo el año. Viene en varios pesos y texturas, lo que lo hace adecuado tanto para ocasiones formales como informales.
El algodón es un tejido ligero y transpirable perfecto para los trajes de verano. También es fácil de cuidar y tiene un tacto suave. Pero no es la única opción, ya que el lino suele ser la alternativa para quienes buscan un aspecto natural aunque requiere un planchado frecuente.