La problemática medioambiental es una de las mayores preocupaciones de la sociedad a nivel europeo. Es por esto por lo que las diferentes autoridades y entidades están trabajando para hacer frente al cambio climático, una de las cuestiones que más preocupan. El transporte por carretera constituye uno de los principales factores que favorecen el aumento de temperatura de nuestro planeta. Según la Agencia Europea de Medio Ambiente, las emisiones provocadas por el transporte representan más de una cuarta parte de las emisiones totales de gases de efecto invernadero de la Unión Europea.
Dentro de esta cifra, el transporte por carretera –coches, camiones, autobuses, etc.- suponen el 70% de estas emisiones, mientras que el resto pertenecen al transporte marítimo y aéreo. Además, este sector, lejos de revertir la situación, es uno de los que han visto cómo sus emisiones “son las que más han crecido en los últimos años”, según afirma Gregorio Magno, CEO de la startup Ciclogreen. En este sentido, Magno incide en que las emisiones que generan los vehículos de combustión son contaminantes para el medioambiente pero también para nuestra salud. La Organización Mundial de la Salud advierte que cuanto mayor es la contaminación atmosférica en un núcleo urbano, mayor es el riesgo para su población de sufrir enfermedades respiratorias, cardiovasculares o cáncer que pueden llegar a ser mortales.
En el caso concreto de España, el transporte por carretera es también uno de los problemas más a tener en cuenta. Así lo afirma Guillermo Martínez, consejero técnico de la Oficina Española de Cambio Climático: “El transporte por carretera representa en España el 76% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Además, es uno de los sectores que, desde que se tiene el histórico desde 1990, más ha incrementado sus emisiones”. Por tanto, asegura Martínez que ante esta tendencia de aumento se antoja necesario trabajar sobre el transporte para poder “cumplir con los objetivos que tenemos a nivel de país para reducir las emisiones”.
Ante esta situación, son numerosos los expertos que abogan por cambiar nuestros hábitos a la hora de desplazarnos por otros más sostenibles. Luis Costa, responsable de Movilidad Sostenible en Decathlon España, asegura que tanto empresas como instituciones deben compartir el reto de “provocar cambios en favor de un estilo de vida más saludable y sostenible”. Guillermo Martínez señala que hay dos líneas de actuación en este sentido. La primera consiste en fomentar energías renovables, como por ejemplo optar por el coche eléctrico. Y la segunda línea de actuación, según explica el consejero técnico de la Oficina Española de Cambio Climático, es realizar un “trasvase moral” para dejar de usar de forma excesiva el coche privado y se apueste por “otros modos de transporte más sostenibles como el transporte público, la bicicleta o andar”.
En este mismo sentido, Jesús Freire, Director de Desarrollo de Negocio de la Federación Europea de Ciclistas, señala la conveniencia de realizar nuestros desplazamientos diarios andando o pedaleando: “Hoy en día, que tenemos una crisis sanitaria y una crisis medioambiental, la bicicleta es el medio de transporte que, junto a caminar, puede afrontar los retos de mantener la distancia social, luchar contra el sobrepeso y la obesidad y contribuir a que haya menos emisiones de gases contaminantes. Por tanto, es un medio de transporte que da respuesta a los principales retos del mundo en la actualidad”.
El ‘Urban Mobility Challenge’, un reto sostenible para las empresas
Para reducir las emisiones derivadas del transporte y establecer hábitos sostenibles en los desplazamientos, es necesaria la colaboración de toda la sociedad. Las empresas, entidades y universidades tienen múltiples posibilidades para colaborar en este sentido. Entre ellas, destaca el reto ‘Urban Mobility Challenge’ y que lanza la startup Ciclogreen. Su CEO Gregorio Magno asegura que el objetivo de este reto es ayudar a las empresas y entidades a que “puedan hacer un aporte en el cambio de hábito hacia el uso de medios de transporte más sostenibles dentro de su comunidad de empleados”.
Este reto sostenible consiste en que los empleados de las empresas y universidades participantes acumulen kilómetros sostenibles recorridos a través de la movilidad sostenible: caminar, utilizar la bicicleta, el patinete eléctrico, el transporte público o el coche compartido, entre otros. Decathlon fue una de las empresas participantes más activas en la edición anterior del reto. Luis Costa, responsable de Movilidad Sostenible de Decathlon en España, considera que el ‘Urban Mobility Challenge’ “es una experiencia importante ya no solo como una herramienta de concienciación sino también como un elemento que provoca la acción hacia una movilidad más sostenible”.
Jesús Freire, Director de Desarrollo de Negocio de la Federación Europea de Ciclistas, expone que la clave para iniciarse en una forma de transporte sostenible como es la bicicleta es probar. Aunque reconoce que hay elementos esenciales y determinantes para dar el primer paso “como tener una bicicleta adecuada y cómoda o un buen candado”, afirma que “anima mucho ver gente a tu alrededor que utiliza la bicicleta y disfruta haciéndolo”.
Precisamente, las opciones pertenecientes a la movilidad sostenible que más se utilizaron en la edición anterior del ‘Urban Mobility Challenge’ fueron caminar y usar la bicicleta. Freire considera que esto se debe a que la bicicleta es un medio de transporte “muy práctico” y que, cuando se les pregunta, los usuarios suelen responder “que es más cómodo, se llega antes, es más fácil de aparcar o disfrutan más de su desplazamiento”. Además, a estas ventajas añade Freire el hecho de que con la bicicleta se realiza actividad física, lo que favorece tener un estilo de vida más saludable.
Este reto sostenible se enmarca, por tanto, en la segunda de las líneas de actuación comentadas anteriormente y explicadas por Guillermo Martínez, consejero técnico de la Oficina Española de Cambio Climático. Pertenece a las medidas que, según considera Martínez, son más eficientes a corto plazo: “a nivel de eficiencia, son las primeras medidas que hay que implementar ya que tienen un coste menor y se basan sobre todo en cambiar modos de comportamiento”. Además, el consejero técnico también hace hincapié en que con estas medidas se mejora la salud pública en las ciudades ya que “se reduce también la contaminación del aire”.
Por tanto, con el reto ‘Urban Mobilitiy Challenge’ las empresas, universidades y entidades participantes logran luchar contra el cambio climático, colaborar en el cambio de hábito hacia la movilidad sostenible y mejorar la salud de sus empleados. Pero, además, estas empresas se ven beneficiadas al posicionarse como entidades que apuestan por la sostenibilidad, lo que puede ser clave para recibir financiación e inversiones. Jesús Freire apunta que “el nuevo marco presupuestario europeo se basa en la sostenibilidad, la lucha contra el cambio climático y contra esta crisis sanitaria”, y advierte tanto a la administración pública como a las empresas privadas que “si quieren acceder a financiación europea van a necesitar una apuesta clara por la sostenibilidad”.
Para inscribirse en el reto ‘Urban Mobility Challenge’, tan solo hay que acceder a la página web y seguir las instrucciones que en ella se indican.