Con más de 290 mil casos confirmados de coronavirus, Brasil era para el 20 de mayo el tercer país en el mundo con la mayor cantidad de contagios y la nación con más infectados y muertes en Suramérica.
Sao Pablo, Manaos y Rio de Janeiro se encuentran entre las ciudades más afectadas y se culpa directamente al gobierno del presidente Jair Bolsonaro de ser el causante del avance desmedido del coronavirus debido a que no se tomaron las medidas adecuados para contener la propagación del virus y se cometieron graves errores que llevaron al país al nivel de contagios en el que se encuentra.
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Esta nación es la más poblada de América Latina y a pesar de tener un fuerte sistema de salud, la cantidad de infectados y muertos por coronavirus ha llevado al colapso general a los centros hospitalarios de Brasil, esto se debe a errores cometidos por el gobierno de Jair Bolsonaro como por ejemplo:
La actitud irresponsable del primer mandatario
Cuando el coronavirus se extendía por el mundo y diversos países imponían cierres de fronteras y otras medidas de aislamiento social, el presidente brasileño ignoró abiertamente las reglas de distanciamiento social incluso aupando concentraciones de personas y aglomeraciones en la capital federal.
El 24 de marzo por ejemplo, Bolsonaro dijo en cadena nacional de radio y televisión que el Covid-19 era tan solo una gripe y que así debería ser tratada. Tan solo cinco dias después el entonces Ministro de Salud doctor Mandetta, recomendaba en sus redes sociales, que las personas deberían quedarse confinadas en sus casas y que en caso de ser necesario, solo saliera un miembro de la familia para hacer las compra de medicinas y alimentos.
Por su parte el presidente de Brasil, hacia todo lo contrario y paseaba sin ningún tipo de protección por las calles de Brasilia, incluso llego al punto de entrar a una farmacia y a una panadería generando gran aglomeración de personas y tomándose fotos con sus seguidores. Entre el 9 y el 10 de abril realizo una caminata por el centro de Brasilia y estrechaba la mano de todos sus partidarios presentes incluyendo la de personas mayores de 60 años quienes como se sabe pertenecen al llamado grupo de riesgo del Covid-19.
Cuando su entonces ministro Mandetta se le enfrento solicitándole que impusiera en el país un aislamiento social de carácter obligatorio para contener el avance del virus, el presidente decidió remplazarlo en el cargo por alguien con ideas tan liberales con respecto al coronavirus como las de él.
No se evitó la restricción vehicular entre ciudades y estados de Brasil
Durante la temporada de vacaciones de Semana Santa, Brasil vivía una total normalidad en cuanto al desplazamiento de vacacionistas, por una parte muchas personas viajaron a la costa y al interior del país y esto permitía que el virus se fuese propagando sin control alguno, por otra parte al no existir ningún tipo de información que alertara sobre la veracidad de la gravedad del Covid-19, las personas seguían teniendo contacto sin restricciones. Posterior a la semana mayor, hubo tres dias festivos y tampoco se tomó restricciones en las carreteras.
Cuando el gobierno del presidente brasileño observo que la situación se le estaba saliendo de las manos debido a la poca importancia que se había dado al coronavirus, decidió establecer un aislamiento social pero al no ser de carácter obligatorio y no generar una fuerte campaña de información, las personas dejaban la cuarentena a mitad de camino, es decir seguían intercambiando abrazos, besos e incluso saliendo a la calle a visitar a familiares y amigos como si de una fecha festiva se tratase.
Por ejemplo, en los lugares tradicionalmente conocidos como ciudades de diversión entre las que se pueden mencionar Sao Pablo o Rio de Janeiro, el aislamiento social fue abandonado rápidamente lo que produjo un rápido aumento de casos graves del virus.
Flexibilización de la cuarentena
Encontrándose ya en el último grado de desesperación y no pudiendo contener el Covid-19, el presidente Jair Bolsonaro informo que se estaba estudiando la posibilidad de imponer un toque de queda así como sanciones a quienes violasen esta norma pero ya que el aparato productivo brasileño se encuentra detenido el primer mandatario menciono que debería relajarse la cuarentena y permitir que algunos sectores de la economía reiniciaran actividades.
En este caso Bolsonaro olvido que existen personas asintomáticas quienes según el promedio pueden llegar a contagiar a 10 personas, situación está que al parecer ocurrió ya que en algunas fábricas que se encontraban abiertas repuntaron gran cantidad de casos del coronavirus.
Opciones que tiene Brasil para hacer frente al Covid-19
Aunque los expertos en materia de salud están preocupados por la rapidez con la que se propaga la enfermedad en Brasil, pareciera que el gobierno no piensa realizar cambios significativos en la manera como ha manejado la pandemia.
Por ejemplo, el estado de Amazonas hasta el 20 de mayo tenía 23.704 casos confirmados y aun así el presidente expreso que esta enfermedad no es más que un invento (no explico de quien) con el fin de asustar a la población y generar un colapso económico. Incluso Bolsonaro ha consultado a algunos miembros de su gabinete para reabrir las fronteras y de permitir la reanudación de las actividades en todos sus ámbitos.
Por supuesto esto ha sido muy criticado y por ejemplo el ex presidente Lula Da silva recientemente afirmo que Bolsonaro no tiene capacidad para hacer frente a la pandemia puesto que no cree en ella así mismo tiene total desprecio por las relaciones humanas.
Lo más preocupante es que cuando un propio vocero del presidente está enfermo por haberse contagiado con el Covid-19, Bolsonaro dice que esta enfermedad es una fantasía y que no considera que deba usarse ningún tipo de protección.
Por todas estas razones el panorama del gigante suramericano es muy sombrío y se estima que Brasil pueda llegar a convertirse en el país con la mayor cantidad de contagios en todo el mundo.