El máximo mandatario salvadoreño ofreció como una de sus principales promesas durante la campaña electoral, que crearía un plan de seguridad que disminuiría las tasas de homicidios y que le devolverían al país el control de las calles.
A raíz de esto y en una nueva etapa, duplicará la cantidad actual de efectivos del ejército que se enfrentan a las pandillas con el fin de lograr la erradicación total de estos grupos violentos que desde hace años han mantenido en zozobra a la población.
Parar los pandilleros: el objetivo de la nueva política
Contenido del artículo:
Nuevo plan de seguridad
El objetivo fundamental de este proyecto, es acabar definitivamente con los grupos armados Mara Salvatrucha y Barrio 18, entre otras pandillas, que incluso se formaron en Estados Unidos, diseminándose luego por Centroamérica.
En la actualidad, El Salvador cuenta con 20 mil efectivos del ejército, quienes sirven de apoyo a la policía, no solo para el patrullaje en las zonas consideradas de mayor riesgo, sino tambien para tratar de llevar a cabo un plan de control territorial, para devolverle la autoridad al estado en las calles.
Durante años la policía nacional civil se vio sobrepasada por las fuerzas de las pandillas y, se estima, que dichos grupos delictivos tienen aproximadamente 70 mil miembros en la calle y casi 16 mil en prisión, pero no por eso dejan de delinquir.
Nayib Bukele manifestó que la intención fundamental es que, a muy corto plazo, se logre neutralizar a estos enemigos. Dentro del plan de seguridad, según manifestó Ministro de la Defensa, se les dará una preparación especial a los soldados que van a la calle.
En la actualidad, las fuerzas se han equiparado y se estima que en los próximos años, los grupos regulares de las Fuerzas Armadas puedan llegar a tener un número de hombres igual o mayor al que tienen las pandillas.
Sin posibilidad de diálogo
Bukele siempre ha sido contrario a establecer un diálogo con los líderes pandilleros, para pedirles que depongan las armas y se entreguen a la justicia. Según manifestó, el esta consciente que los delincuentes bajo ningún concepto, buscaran entregarse sin ofrecer resistencia ya que saben que de hacerlo, pasarían muchos años tras las rejas.
De lo que sí está seguro el mandatario, es que se debe perseguir el delito así como a los miembros de las pandillas estén donde estén y que toda acción contraria a la ley, debe tener una sanción.
Hay que recordar que durante el acto de investidura de Bukele, este dijo que no armaría grupos de exterminio pero que atacaría el problema desde la raíz, con medidas extraordinarias para tratar de devolverle la calle a la gente honesta y trabajadora.
Claves del plan de seguridad de Bukele
Un territorio de 20.742 kilómetros cuadrados y 6.7 millones de habitantes no puede estar gobernado por un grupo de delincuentes por encima de la ley.
Nayib Bukele manifestó, que no se trata solo de incrementar el número de miembros de la Fuerza Armada y de la Policía Nacional, sino que deben implementarse algunas acciones, entre las que destacan las siguientes:
Cerrar fuentes de financiamiento
Si las pandillas no tienen ingresos, no podrán sostener sus estructuras, de manera que vendrán abajo debilitándolas y haciendo que para el gobierno, sea mucho más fácil darles captura a estos criminales.
Según datos que manejan organismos de seguridad salvadoreños, los delincuentes del pais financian sus operaciones en base a las extorciones, delito que les da el 80% de sus ingresos.
Recuperar el control de la ciudad
Si bien es cierto, que se ha mantenido una férrea lucha entre las llamadas Maras y los miembros de los organismos de seguridad del estado, no se ha logrado recuperar el control de los centros de las grandes ciudades.
Se ha establecido que al lograr esta recuperación, las pandillas no podrán seguir cometiendo hechos delictivos en esas zonas y tendrán que emigrar hacia otros lugares, desde donde será mucho más fácil darles caza.
Eliminar la comunicación en las cárceles
El 90% de las órdenes de extorsiones y homicidios provienen directamente desde los centros penitenciarios. Se sabe que Bukele ha implementado una política que permita bloquear las señales telefónicas desde las cárceles.
Sin embargo, el presidente ha manifestado que está en conocimiento que algunos cómplices dentro de las empresas de telefonía, desconectan los bloqueadores para que los detenidos puedan comunicarse con los otros miembros de las pandillas, quienes se encuentran en la calle.
Eliminar la corrupción penitenciaria
Es fundamental, realizar una depuración de todo el personal que labora en las cárceles. Debe no solo reforzarse sueldos y salarios de estos trabajadores, sino tambien ofrecerles condiciones de vida cónsona con el delicado trabajo que realizan.
En muchas ocasiones, los miembros de seguridad de los centros penitenciarios se ganan en un día de soborno, lo que el estado les paga en un mes y la estrategia tiene que ir en fortalecer a este personal, no solo desde el punto de vista económico sino tambien social.
Desconfianza de la oposición
La oposición de El Salvador ha expresado que el presidente Nayib Bukele, esconde tras la militarización del pais cuáles pueden ser sus verdaderas intenciones. Según creen, no es necesario duplicar las fuerzas castrenses en las calles para disminuir los índices delictivos.
Los diputados de oposición han expresado que deben existir otros mecanismos, que no conlleven a darle mayor poder al mandatario salvadoreño, para poder hacer frente a las pandillas. Si bien es cierto las muertes violentas han mostrado un importante descenso, no puede decirse que el plan de seguridad haya sido un éxito.
Según han expresado algunos diputados, Bukele solo pretende perpetuarse en el poder y para ello busca la manera de aumentar el número de miembros de las fuerzas armadas, con el fin de intimidar a la población civil.
Hasta el momento, el mandatario ha demostrado su intención real de acabar con las pandillas. Y llevar a 40 mil miembros a los castrenses quienes se encuentran en las calles no es una idea descabellada, tomando en consideración el gran número de Maras, que conforman las llamadas pandillas más sanguinarias de toda America.