La previsión de ventas online a nivel internacional que está sobre la mesa llega hasta una facturación de 502 mil millones de dólares. Una cifra que incrementaría la de 2021 considerablemente dando buena cuenta de cuál es la tendencia no solo de un sector en concreto sino del consumo.
Si la pandemia fue el pistoletazo de salida para muchos ecommerces que apostaron por crear sitios web para competir en un contexto en el que la presencialidad y la apertura de proximidad era complicada, el año 2021 y, por extensión, el primer semestre de 2022 viene a corroborar un hecho: el consumidor se ha acostumbrado y cambiado su hábito y cada vez opta más por las compras online.
¿Cuáles son las principales razones? En realidad hay tres y son muy sencillas:
- Falta de horario: el usuario puede comprar en el momento en el que le surge la necesidad o deseo sin tener que atenerse a un horario comercial establecido. Se ha impuesto el 24/7.
- Falta de localización: actualmente da igual dónde esté ubicada la tienda. No es necesario desplazarse siquiera de una calle a otra. Desde cualquier dispositivo con conexión se puede acceder al catálogo y seleccionar el producto.
- Rapidez de entrega y comodidad: el esfuerzo ingente de las tiendas online por apurar al máximo el tiempo de espera hasta que llega el pedido a la puerta del domicilio u oficina ha hecho el resto.
Entonces, ¿qué frena a muchos empresarios a la hora de dar el paso hacia la necesaria digitalización?
«En realidad a muchos les frena el hecho de tener que crear una web. Les parece algo complicado, costoso y que requiere un esfuerzo técnico que no controlan. Estas excusas se acaban cuando se les explica en qué consiste nuestra plataforma, donde conseguirán no solo el alojamiento gratis durante un año para que puedan dedicarse en ese periodo a su propia adaptación digital, sino que conseguirán, de forma sencilla, trasladar su imagen de local a un site en la red donde competir a todos los niveles. Por menos de 5 euros al mes podrían tener su propia web y con planes por menos de 16 euros una tienda avanzada que les abriría posibilidades exponenciales de venta» explican desde Zyro.
Una vez tomada la decisión, es el momento de plantearse de verdad qué necesita una página web para tener éxito.
Un diseño elegante, acorde con la propia marca, predictivo en su uso, limpio y con categorías y acceso sencillo a cada apartado es clave. Para ello basta con seguir los pasos establecidos y volcar el producto para poder venderlo.
Hay que tener en mente tres objetivos: una web visual, con una carga y navegación rápida y que sea capaz de posicionarse poco a poco en los buscadores para aportar visibilidad al producto.
«Tenemos asistencia para poder ayudar con el diseño y contenido desde nuestras plantillas. Una de las recomendaciones que hacemos es que se apueste por textos que contengan una serie de palabras clave para que sea sencillo que, poco a poco, se vaya posicionando en los buscadores cuando alguien trata de encontrar un producto como el que está en catálogo. Es necesario explicar y ayudar a que encuentren su lenguaje y su propia forma de conectar con el público. Se trata de una extensión del local físico por lo que es vital que lo identifiquen como propio» comentan.
Y es que este tipo de plataformas agilizan y simplifican no solo la forma de gestionar las ventas, sino también el propio stock, la pasarela de pago o, incluso, la optimización de textos e imágenes. Todo un aliado para quienes, de verdad, quieren buscar al usuario donde está: online.
Solo hay que tener en cuenta una máxima: volcar el espíritu, ese punto diferenciador que se tiene a pie de calle, en la versión digital de la tienda. La personalidad de la marca es clave para que los usuarios identifiquen la imagen con los productos y sean capaces de confiar.
Una vez comenzada la digitalización, sería recomendable, tal como comentan los expertos, también dar el salto hacia las redes sociales. Gracias a este escaparate y a su segmentación de público se puede, mediante la creación de campañas incluso, llegar a un número alto de usuarios que podrían acabar creando la comunidad necesaria para que la marca despegue dentro del ecosistema digital y eso derive en el incremento de ventas que se busca.
Sin duda, es el momento de dejar a un lado cualquier excusa porque quien no tiene una web es, en realidad, porque sigue sin entender las nuevas reglas del juego comercial: atrás quedó el cerrarse a los avances, es el momento de abrir una puerta a que cualquier persona interesada, esté donde esté, tenga acceso a los productos y pueda comprarlos.
Ya solo quedaría, una vez todo está en marcha, seguir seleccionando la opción de la calidad, excelencia y un trato cercano y profesional.