Desde trivago presentan una selección de hoteles ubicados en edificios históricos que, además de conservar parte del patrimonio arquitectónico original, poseen alguna clase de distinción oficial y una valoración excelente.
Enclavados en palacios, castillos y monasterios, muchos de estos hoteles con encanto ofrecen una firme apuesta por la cultura, el descanso y la gastronomía. Son hoteles que permiten descubrir y conectarse con la historia; capaces de hacer de la estancia, un recuerdo inolvidable.
En pocas palabras, un viaje al pasado sin salir de sus muros.
1. San Francisco Hotel Monumento (Santiago de Compostela – Galicia)
Valoración: 91/100
Ubicado en las antiguas estancias de un convento franciscano, el hotel San Francisco destaca por su sobriedad y majestuosidad. El conjunto monumental del convento está declarado Bien de Interés Cultural (BIC) y alberga, además del alojamiento, una iglesia, una biblioteca, unos jardines y el Museo de Tierra Santa. Fue construido en 1220 y sufrió una profunda remodelación en el año 2000 para integrar elementos originales con un diseño moderno. Una cuidada selección de recetas de antaño conforman la carta del restaurante, que lo convierten en el único de Galicia especializado en cocina conventual. El hotel también esconde un espacio donde evadirse: la antigua lavandería del convento se ha transformado en un área de descanso con piscina y jacuzzi y regala unas magníficas vistas al Monte Pedroso y los jardines.
2. Caro Hotel (Valencia – Comunitat Valenciana)
Valoración: 91/100
Se autodenomina como el primer hotel-monumento de Valencia porque alberga elementos de las culturas que dejaron huella en la ciudad, como algunas piezas del Circo Romano, un mosaico y restos de la muralla árabe de Valencia. También conserva los arcos y la escalera originales del antiguo Palacio del Marqués de Caro, declarado BIC. En la remodelación se hizo un gran trabajo por respetar e integrar todos estos elementos aportando al mismo tiempo un aire contemporáneo al hotel. El resultado ha sido habitaciones distintas y con una historia, como la Torre árabe, integrada en una torre de vigilancia de la muralla; o la Cocina del Palacio. En su semisótano, se encuentra el restaurante Alma del Temple y en el lobby el Meta Bar donde también, a modo de pequeño museo, se exhiben restos arqueológicos encontrados en la restauración del hotel como azulejos góticos y candiles árabes.
3. Abadía Retuerta LeDomaine (Sardón de Duero, Valladolid – Castilla y León)
Valoración: 90/100
La antigua abadía de Santa María de Retuerta, edificada en el siglo XII, es una de las obras más importantes del románico de la provincia de Valladolid y su edificio fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en su categoría de monumento. Es, en esta joya histórica rodeada de viñedos, donde surge este imponente alojamiento. Es el único hotel con servicio completo de mayordomía en España y su spa, el Santuario LeDomaine, ofrece el innovador servicio de Spa Sommelier: un profesional que analiza las preferencias y gustos del huésped mediante un ritual de cata a ciegas para recomendarle los tratamientos más adecuados. El complejo no solo es un referente del lujo sino también gastronómico: su restaurante, Refectorio, cuenta con una estrella Michelin y una reputada bodega que elabora vinos de alta calidad. Ofrece experiencias singulares como las visitas a las zonas más emblemáticas de la abadía, a la bodega y viñedos, participar en catas de vino, quesos y mieles, las jornadas apícolas o los aperitivos camperos en pleno valle del Duero.
4. Hospes Palacio del Bailío (Córdoba – Andalucía)
Valoración: 90/100
En una ciudad que rezuma historia por cada uno de sus rincones, se encuentra el hotel Hospes Palacio del Bailío, Bien de Interés Cultural (BIC) en la categoría de Monumento desde 1982. El edificio fue construido entre los siglos XVI y XVIII y durante todo este tiempo ha sido morada de nobles, militares y funcionarios siendo testigo de un pedazo de la historia de Córdoba. De hecho, en el hotel se puede ver el maravilloso legado que todavía se conserva; desde vestigios romanos hasta exquisitos murales. El hotel combina el estilo de una casa típica cordobesa con elementos modernos y decoraciones de estilo mudéjar, sin perder el encanto del pasado. Posee el Bodyna Spa, inspirado en las termas romanas, que ofrece una gran variedad de tratamientos basados en técnicas ancestrales. En el patio central del hotel, se encuentra el restaurante Arbequina con una gastronomía de vanguardia, delicada y respetuosa con la tradición, enraizada a los productos más genuinos de la zona.
5. Castillo de Santa Catalina (Málaga – Andalucía)
Valoración: 90/100
En 1624 se construyó esta fortaleza en el Monte de Santa Catalina para defender la ciudad de Málaga. A principios del siglo XX, al perder su función y tras años de abandono, se convirtió en la residencia de un conde que hizo erigir un palacio de estilo neoárabe y de estructura racionalista junto a la torre vigía. Hoy en día, es un hotel-monumento declarado Bien de Interés Cultural que conserva toda la historia con el lujo actual y donde la atención al cliente es exclusiva y personalizada. Solo tiene ocho habitaciones, cada una con un estilo diferente y materiales de antaño como los mármoles, azulejos y artesonados. Especializado en acoger eventos, permite hasta el alquiler completo del edificio. Lo más espectacular de este hotel son los interminables jardines que se asoman al mar y rodean esta fortaleza construida hace más de cuatro siglos.
6. Hotel La Freixera (Solsona, Lleida – Cataluña)
Valoración: 90/100
Situado en el centro histórico de la ciudad pre pirenaica de Solsona, el hotel La Freixera se asienta en una casa artesana del siglo XIV que conserva parte de su antigua estructura gótica medieval como las paredes de piedra, los forjados de madera, arcos y tapias. El conjunto arquitectónico ha sido declarado Bien Cultural de Interés Local del núcleo histórico de la ciudad por su ayuntamiento. Posee solo diez habitaciones, cada una con un diseño diferente, y algunas de ellas cuentan con porche, jardín privado, chimenea y bañera en suite. El desayuno es uno de los momentos más especiales que puede experimentar el huésped en La Freixera, a base de productos locales como embutidos, quesos, mermeladas, pan payés y dulces procedentes de El Solsonès, una comarca desconocida, pero con infinidad de opciones para disfrutar de la naturaleza y del románico catalán.
7. Hotel Neri Relais & Châteaux (Barcelona – Cataluña)
Valoración: 90/100
El Hotel Neri Relais & Châteaux ocupa dos históricos edificios del Barrio Gótico: un edificio de piedra parcialmente destruido durante la Guerra Civil y un magnífico palacio medieval del siglo XII del que se recuperó el patio y los esgrafiados originales de la fachada. Por ello, el hotel ha sido galardonado por el Gremio de Hoteles de Barcelona con la distinción de Hotel Monument, que reconoce aquellos hoteles que aportan un valor añadido al patrimonio de la ciudad. Su interiorismo integra perfectamente el diseño con las estructuras y materiales originales creando una atmósfera cálida y vanguardista. Cada una de sus habitaciones posee decoraciones temáticas combinando tejidos, madera y piedra que le otorgan elegancia y un encanto particular. En todos los espacios del hotel se combina la tradición y la modernidad, desde el restaurante y la biblioteca hasta en su terraza ajardinada en la planta superior con vistas de la Catedral de Barcelona.
8. Palacio Carvajal Girón (Plasencia, Cáceres – Extremadura)
Valoración: 88/100
El Palacio Carvajal-Girón, también conocido como el Palacio de Ansano, se sitúa en el casco histórico de Plasencia. El inmueble es un palacete renacentista del siglo XVI ligado a uno de los linajes nobiliarios más célebres de la ciudad y ha sufrido múltiples reformas hasta convertirse en un exquisito hotel que le ha valido la distinción de BIC. En el interior alberga un patio acristalado donde es posible apreciar la traza original de pilastras. También en las habitaciones se conservan vestigios de la arquitectura inicial como los muros vistos, arcos y chimeneas. Estos elementos contrastan con la decoración en tonos claros, la luminosidad y un moderno diseño. El hotel también cuenta con una coqueta piscina alojada en la antigua bodega del Palacio y una excelente oferta gastronómica entre la que destaca el desayuno gourmet, con una completa carta de platos dulces y salados.
9. Parador de Corias (Cangas del Narcea – Asturias)
Valoración: 87/100
El monasterio de San Juan Bautista de Corias, declarado BIC, es un edificio de grandes proporciones y estilo neoclásico que integra una antigua iglesia renacentista. Su historia se remonta al siglo XI y ha sufrido varias remodelaciones desde entonces. A diferencia de otros Paradores, los huéspedes comparten espacio con los dominicos, quienes viven en las estancias contiguas a la iglesia, pudiendo sentir la auténtica paz monacal en todo el edificio. Además, ofrece espacios para el relax absoluto como el spa, los salones de lectura y claustros; y también para el deleite de los sentidos, como el restaurante y el sótano donde se pueden visitar los restos de la iglesia fundacional del monasterio y los restos aparecidos en la excavación. Un remanso de paz y tranquilidad enclavado en un entorno sin igual en el conocido como El Escorial asturiano.
10. Parador de Santo Estevo (Nogueira de Ramuín, Ourense – Galicia)
Valoración: 86/100
En el corazón de la Ribeira Sacra y aislado por un manto verde de naturaleza, se encuentra el Parador de Santo Estevo. Su origen se remonta a los siglos VI y VII y en él se pueden apreciar los estilos románico, gótico y renacentista. Entre todas sus estancias destaca el impresionante claustro de cuarenta arcos, coronado por una sublime crestería gótica que invita a dar largos paseos. Sus habitaciones discurren a lo largo de los tres claustros, algunas fueron dependencias conventuales. El Parador cuenta con el restaurante Dos Abades, ubicado en las antiguas caballerizas, especializado en gastronomía gallega: su plato estrella es el pulpo a la parrilla con salteado de grelos y utiliza productos de la zona, como la castaña, para elaborar sus platos. La belleza y monumentalidad del edificio han hecho que se proteja bajo la figura de monumento de interés cultural.