Venezuela es el mejor ejemplo de lo que no se debe hacer en economía. Después de tener hace 30 años sus finanzas en franco crecimiento, reservas internacionales aceptables y una de las empresas petroleras más sólidas del mundo, ahora está en la ruina y no se vislumbra ninguna salida a ese desastre monetario.
Cuando Hugo Chávez llego al poder, el barril de petróleo alcanzo niveles récords y utilizó esa inmensa cantidad de recursos para tratar de convertiste en un líder mundial.
Ahora 8 años después, Nicolás Maduro no tiene recursos con los que cubrir el gasto social, por lo que debe recurrir al Fondo Monetario Internacional (FMI).
Una crisis que se espera tenga sello del FMI para solucionarse
Contenido del artículo:
Derechos Especiales de Giro
Los derechos de giro es un mecanismo establecido por el FMI, con el fin de ayudar a las economías de los países que están pasando por un mal momento. En otras palabras, es una manera de aportar liquidez a las finanzas de los miembros del ente crediticio internacional, sistema este vigente desde 1969.
En este momento, el Fondo ha planteado entregar los derechos de giro, debido a la situación económica mundial que se ha visto afectada producto del covid 19.
Een el caso de Venezuela, le corresponden 5.000 millones de dólares que, de alguna manera, podrían mitigar la severa crisis que vive ese país.
Para poder entregar este dinero deben existir instituciones democráticas sólidas, que le garanticen al FMI que los recursos que están prestando les serán devueltos en el tiempo exigido por el ente financiero.
El problema en Venezuela es que, debido a su crisis política, el gobierno de Nicolás Maduro no es reconocido por el mundo.
Esa nación tiene 2 Asambleas Nacionales, 2 Tribunales Supremos de Justicia y 2 presidentes y ninguno hace nada para resolver la inflación que pulveriza los sueldos y salarios, aumentando cada día mas la pobreza extrema en un país con inmensos recursos naturales, pero que son manejados de forma errónea.
Aunque no existe una norma que estipule como debe usarse el dinero, el Fondo Monetario Internacional espera que estos recursos sean orientados al fortalecimiento del aparato productivo, así como la creación de políticas que permitan el incremento en la tasa de empleo, mejoras en sueldos y la disminución de la pobreza extrema de las naciones.
El FMI tutela, con su equipo de asesores, que esto ocurra, incluso sin inmiscuirse en las decisiones de cada nación, ofrece planes de acción para estimular la economía y mejorar la vida de las personas.
Gobierno y Oposición Venezolana a negociar
Ni el gobierno ni la oposición pueden recibir, actualmente, el dinero debido a que Maduro necesita el reconocimiento internacional que tiene, por el contrario, el presidente interino Juan Guaido. TAmbién, la oposición requiere de un plan de acción para utilizar los recursos que se aportan por el derecho de giro, que solo puede ser llevado a cabo por el gobierno.
Por ejemplo, el fortalecimiento del parque industrial, el incentivo a las exportaciones y el estímulo agrario se ejecuta desde los Ministerios que controla Maduro, pero éste carece de políticas efectivas, así como de dinero. Ante esto la única alternativa que queda es el diálogo para ponerse de acuerdo y recibir la ayuda del ente crediticio.
Analistas internacionales estiman que es poco probable que esto suceda, aunque 5.000 millones de dólares es mucho dinero.
Ppareciera que se imponen los intereses particulares por sobre los beneficios del pueblo. Por ejemplo, Maduro necesita ese dinero para seguir fortaleciendo su poder junto a los miembros de la fuerza armada.
Por su parte Guaido podría utilizar ese dinero para mitigar la crisis alimentaria que vive Venezuela, aunque inicialmente habló de que su gobierno se basaría en lograr el cese de la usurpación y elecciones libres sin Maduro, ahora aboga por un acuerdo de salvación nacional que para ser llevado a cabo requiere de recursos.
Los resultados de ese proceso hasta la fecha han sido desalentadores y no se espera que mejore, siendo el ciudadano venezolano el más perjudicado en todo esto, aunado a algunos escándalos de corrupción que afectan al gobierno de Juan Guaido, hacen muy difícil que a corto plazo pueda lograse mejoras para ese pais.
Por lo que el régimen de Nicolas Maduro tendrá que buscar el dinero en otro lado, rematando los pocos activos que le quedan a ese pais o hipotecando aún más el futuro de los venezolanos.
El FMI en Venezuela
Cuando Hugo Chávez llegó al poder en 1999, exigió la salida de los técnicos y asesores del FMI de Venezuela, llegando a acusarlos de incentivar la creación de un sistema de gobierno neoliberal y que este ente solo perseguía hacer mucho más rica a la clase burguesa, para posteriormente empobrecer al trabajador.
Nicolás Maduro, siguiendo los pasos de su mentor, aseguró que nunca necesitaría al FMI puesto que Venezuela se encumbraba hacia la soberanía económica. Pero, al pasar los años, la crisis financiera se intensificó y ahora necesita – desesperadamente – los recursos del Fondo para poder seguir financiando el gasto social.
De no hacerlo, se arriesga a una posible explosión social que se generaría por el cansancio y hambre de las clases pobres, por lo que necesita reconocimiento internacional y, de alguna manera, busca negociar con el FMI para poder recibir el dinero que requiere y que ningún otro ente está dispuesto a prestar.
Lo cierto es que, si en un hipotético caso el dictador llegase a recibir los fondos provenientes del derecho de giro, tendrá que adaptarse a las reglas del Fondo por lo que será necesario dejar a un lado el llamado socialismo del siglo 21 y utilizar el dinero para lo que realmente está estipulado y eso es la reactivación económica.
De ser así, sería el mejor servicio que el FMI podría hacerle a Venezuela ya que tendrían que hacer un cambio en la política económica, que lo saque del profundo abismo donde se encuentran y los ayude a recuperarse de esa hiperinflación en la que se encuentran sumergidos, desde hace ya más de 5 años
Situación está que ha obligado a los ciudadanos de ese país, a marcharse a otras naciones, convirtiendo a Venezuela en el primer exportador de migrantes del mundo.