¿Quién podría sobrevivir a la jungla de hoy en día sin su dispositivo móvil? Desde hace unos años, una de las mayores pesadillas es que el teléfono móvil se averíe, porque se pierde información, datos e incluso contactos.
Los teléfonos móviles se han convertido en una parte indispensable del mundo actual. Sin embargo, con el uso constante, son propensos a sufrir diversas averías que pueden resultar frustrantes y costosas de reparar.
¿Cuáles son las más habituales?
Las averías de hardware son los daños físicos más habituales que pueden ocurrirle a su teléfono móvil y que deben atenderse de forma rápida para evitar problemas mayores” explican desde CJ Serveis, un servicio técnico de Apple que reconoce que por sus manos pasan cientos de teléfonos cada mes en busca de soluciones.
De las que mencionan, las más comunes incluyen daños en la pantalla, fallos de la batería y mal funcionamiento del puerto de carga.
Por partes, los daños en la pantalla suelen ser causados por caídas, rayones o grietas. Una pantalla rota puede provocar daños a los componentes internos del teléfono, dificultando su uso, de ahí que, aunque siga funcionando, recomienden cambiarla lo antes posible para evitar problemas futuros.
La batería en mal estado o que da problemas puede deberse a una sobrecarga o sobrecalentamiento, lo que puede reducir su vida útil incluso descargando antes de tiempo. Entre las menos graves, el mal funcionamiento del puerto de carga puede deberse a suciedad o desgaste y que con una limpieza bastaría.
En estos dos casos, la recomendación pasa por una funda protectora que incluya también la protección del puerto y el uso de una pantalla de protección que evite que la original se dañe o arañe.
A estos fallos, que son los más habituales, se suman los de software que están mucho más relacionados con los sistemas operativos o las propias aplicaciones descargadas. A menudo llegan con problemas de bloqueo del móvil de forma continuada o de fallos al usar alguna aplicación específica, lo que acaba derivando en algunos casos en la pérdida de datos guardados o de archivos o documentos almacenados.
Normalmente esto suele arreglarse con algún parche, pero hay que tener cuidado con que haya sido atacado, como si del ordenador se tratara, con algún malware que inutiliza algunas funciones.
Se recomienda actualizar periódicamente el sistema operativo y las aplicaciones del teléfono para evitar este tipo de problemas e incompatibilidades.