‘El amor no duele’ es el último trabajo del psicólogo Carlos Casaliez Linero (Málaga 1969), un trabajo que va a la raíz de la violencia de género contra las jóvenes y que trata de dar las claves a padres y profesionales para prevenirla desde la infancia
Ciento veintidós páginas fruto de largas sesiones de trabajo con adolescentes -o adultos que en su adolescencia sufrieron la violencia de género- concentran esta nueva propuesta editorial.
Casaliez busca ofrecer ideas de prevención o, llegado el caso, de detección, incluso desde la propia portada del libro, ilustrada por la pintora malagueña Ana Rodríguez, Taichiana, que muestra a una mujer en blanco y negro que no termina de desplegar sus alas y que se levanta llena de color para volar.
Especializado en terapias contextuales, de igualdad y género, a la hora de destacar sus habilidades para la detección precoz en los casos de violencia de género en la adolescencia reivindica su currículum vital. “Es este el que me ha ayudado a comprender las necesidades y entender las dificultades que han tenido las mujeres en su historia. Desde pequeño, he estado rodeado de perfiles femeninos con mi madre, abuela y cuatro hermanas. En consulta, hoy en día, observo cómo nos enfrentamos a un problema gigantesco sobre el que hay que informar y, sobre todo, educar” explica.
El libro narra una historia real, situando al lector al comienzo de una relación sentimental que, como todas en la adolescencia, se inicia con la idealización de la persona elegida. “Es lo que llamamos el romanticismo elevado a la enésima potencia” explica Casaleiz, que enuncia también frases o expresiones comunes como la media naranja o el sin ti no puedo vivir. “Esto lleva a un entendimiento erróneo de lo que es el amor y, sobre todo, el concepto de pareja sana” concluye.
Para ilustrarlo, el malagueño en el recorrido del noviazgo de sus personajes de ficción, Mario y Lucía, saca a relucir conceptos como la degradación, la cosificación, la distorsión de la realidad y las estrategias defensivas.
El libro, dirigido a profesionales que trabajan con niños en la escuela o en otros contextos educativos, busca cumplir un doble objetivo: ayudar a profesores, padres, madres y otros operadores en los comportamientos y dinámicas que tienen un impacto en la salud de los jóvenes y, por otro lado, ofrecer las herramientas para pensar y realizar intervenciones de prevención para acompañarlos en el camino hacia relaciones respetuosas, igualitarias y, sobre todo, no violentas.