Las enfermedades cardiovasculares son responsables de millones de fallecimientos anuales en todo el mundo, siendo la principal causa de muerte tanto en la vida diaria como en el ámbito laboral.
Durante el año 2022, se registraron un total de 120,572 muertes debido a enfermedades del corazón en España, según revelan los datos del Instituto Nacional de Estadística. Estos números confirman que estas enfermedades continúan siendo la causa principal de mortalidad en el país.
Crecen las zonas de cardioprotección
En este contexto dramático, las zonas de cardioprotección nacen como respuesta a la necesidad de proporcionar una atención rápida y efectiva en casos de emergencias, como los ataques cardíacos. Estos espacios están equipados con desfibriladores externos automáticos (DEA) y personal capacitado en su uso, permiten una intervención inmediata que puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.
La implementación de estas zonas en lugares públicos y de gran afluencia tiene como objetivo principal aumentar las posibilidades de supervivencia de aquellos afectados por eventos cardíacos, contribuyendo así a mejorar la atención médica de emergencia en el país. Además, es fundamental que estas zonas cuenten con asistencia técnica y revisión de los equipos de electromedicina para garantizar su funcionamiento óptimo y la disponibilidad inmediata en caso de emergencia.
Este tipo de protección en España, ha experimentado un notable crecimiento desde 2019, según revela el último estudio realizado por ALMAS INDUSTRIES B+SAFE, especialistas en cardioprotección en espacios públicos. Este estudio muestra un incremento significativo en el número de desfibriladores externos por cada 10.000 habitantes en los últimos años, datos recopilados de las últimas publicaciones y registros disponibles.
Este aumento se debe en parte a las diversas normativas que regulan la instalación de equipos de reanimación cardiaca en cada Comunidad Autónoma, algunas de carácter obligatorio y otras recomendadas. Además, otro factor clave que ha contribuido a este incremento, es la mayor concienciación sobre la importancia de actuar rápidamente ante una parada cardíaca.
“Las evidencias clínicas y científicas ratifican que la desfibrilación temprana, en el seno de la cadena de supervivencia, es la respuesta sanitaria más adecuada”, comentan en Rojo Med.
En España, se producen más de 30.000 paradas cardíacas al año fuera del entorno hospitalario. Para reducir estas tragedias, los expertos enfatizan la importancia de una respuesta rápida, la educación de la población en las acciones a tomar y la presencia de DEA tanto en lugares públicos como privados.
El uso del desfibrilador en caso de una parada cardíaca puede aumentar hasta un 90% las posibilidades de supervivencia sin secuelas graves. Es fundamental actuar en los primeros 5 minutos para salvar la vida de una persona que ha sufrido un accidente cardíaco, realizando la RCP y utilizando el DEA más cercano.
Esta información resalta la importancia de contar con equipo de reanimación cardiaca y personal capacitado en su uso en lugares públicos y privados. Una rápida actuación puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte en situaciones críticas.