Como si no fuesen suficientes todos los problemas que tiene Venezuela, ahora las bandas criminales que hacen vida en la ciudad de Caracas han amenazado con tomar la ciudad para exigir al gobierno suplir eficientemente las necesidades del pueblo.
La gran mayoría de los barrios en ese país se encuentran dominados por grupos armados de delincuentes que inicialmente se plegaban a las órdenes del régimen, pero ahora decidieron revelarse en su contra.
Todo lo que hay que saber sobre las megabandas existentes en Venezuela
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Hampa seria
Como “Hampa Seria” se identifican los miembros de las llamadas mega bandas que tienen totalmente controlada la zona Oeste de la capital venezolana.
Los grupos de El Coqui, El Vampi, El Garbis y la banda de Wilexy, están fuertemente armados y se estima que dentro del arsenal que poseen, hay más de 600 fusiles de asalto R-15, así como aproximadamente 800 pistolas automáticas. Incluso algunos grupos cuentan con ametralladoras punto 50 y bazucas lanzagranadas.
Por lo general, estos delincuentes se valen de la extorción, secuestro y venta de drogas, para financiarse. Asimismo, cuentan con una vasta red de información en los barrios donde hacen vida, que les permite conocer en qué momento se aproxima una incursión policial.
Es tal su dominio, que, por ejemplo, la banda de alias El Coqui que inicialmente controlaba un barrio de Caracas conocido como La Cota 905, ha comenzado a expandir su territorio hacia su vecino barrio La Vega.
Estos antisociales han creado una serie de microestados donde establecieron normas de convivencia propias, tales como el toque de queda, en el que ninguna persona puede estar después de una determinada hora en la calle. Asimismo, todos los miembros del barrio deben cancelar de manera semanal, una cuota de dinero por concepto de lo que ellos llaman protección.
De igual forma, todos los que son o fueron funcionarios policiales y militares, deben abandonar sus viviendas, ya que, en caso contrario, serían ejecutados delante de toda la comunidad.
Es tal el poder que tienen, que han impuesto sus propios días festivos, en los cuales los colegios de la zona no pueden impartir clase y ninguna persona puede salir a trabajar.
Aliados del gobierno del régimen de Maduro
Inicialmente, el régimen de Maduro vio con buenos ojos la existencia de estos grupos fuera de la ley. Algunos especialistas en seguridad han expresado que, necesariamente, debieron haber sido armados por el gobierno, ya que, como se sabe, estos tienen el monopolio exclusivo de las armas en Venezuela.
Por otra parte, el régimen creó los llamados colectivos, que no eran sino bandas que se encargaban de amedrentar a las personas que salían a marchar en contra de la dictadura.
Estos colectivos siempre gozaron de la protección de los organismos de seguridad, e incluso se recuerda que el Mayor General Miguel Rodríguez Torres, perdió su cargo como Ministro de Interior y Justicia por haberse enfrentado a este grupo de paramilitares.
Lo que se vive actualmente hace ver que al régimen se le escapó la situación de las manos y los llamados colectivos se adicionaron a las bandas criminales existentes para darle paso a las megabandas que hoy día controlan los barrios populares de la ciudad de Caracas.
Cabe recordar que en el año 1989, los habitantes de los cerros caraqueños causaron gran cantidad de saqueos y destrucción de bienes para enfrentarse a las medidas económicas del entonces presidente Carlos Andrés Pérez.
Sin embargo, esta situación en la actualidad es imposible, ya que se requeriría del permiso de las bandas criminales para poder participar en cualquier tipo de manifestación o marcha en contra del gobierno.
Diálogo fallido
El director de la policía científica de Venezuela sorprendió al país cuando manifestó que se encontraba en conversaciones de paz con las principales bandas criminales que hacen vida en la ciudad de Caracas.
El diálogo demostró ser no solo un gran fracaso, sino un error desde el punto de vista táctico, ya que los delincuentes tomaron esto como una muestra de debilidad por parte del gobierno, llevándolos a aumentar su poder hasta tal punto que se apropiaron de un club vacacional que pertenecía a la policía de Caracas.
Algunos miembros del partido de gobierno criticaron el hecho de que no existía capacidad para combatir a las bandas criminales, e incluso algunos manifestaron que con los delincuentes no se puede dialogar, sino que de una vez deben ser atacados y erradicados.
Mientras el director de la policía científica se encontraba esperando que los delincuentes depusieran sus armas, ellos atacaban cuanto vehículo policial pasaba por un sector de Caracas conocido como el Túnel de la Planicie, llegando al punto de hacer correr a los funcionarios para quemarles las patrullas.
Amenaza a la población civil
Ante los microgobiernos instaurados por los delincuentes, el régimen decidió incursionar en los barrios con el fin de tomar el control de las zonas. Pero los líderes de las megabandas han amenazado con matar civiles inocentes si no se retiran los cuerpos de seguridad de la zona.
A mediados de junio, en un enfrentamiento entre policias y delincuentes, una persona fue asesinada mientras salía de su vivienda. Por otra parte, una señora que se encontraba realizando compras en un establecimiento tambien recibió un disparo que le ocasiono la muerte.
Ante esta situación, el gobierno está en franca desventaja, ya que los barrios caraqueños se encuentran ubicados en cerros donde el acceso está compuesto de escaleras y callejones que dificultan la entrada de vehículos o tanques.
De igual manera, si se cumple la amenaza de matar a personas inocentes, entonces podrían atribuirse estas muertes a la incapacidad e inoperancia del gobierno ante estas bandas criminales.
Es muy probable que, por lo menos la parte Oeste de la capital, sea controlada casi en su totalidad por estas organizaciones, por lo que el estado venezolano tendrá que buscar nuevas estrategias que le permitan no solo retomar el control de la zona, sino también erradicar de manera definitiva a estos llamados líderes negativos.
Por supuesto, para que esto ocurra, debe existir interés real por parte de los gobernantes y, hasta la fecha, Nicolás Maduro no ha demostrado estar interesado en acabar con las megabandas para devolver la tranquilidad a los venezolanos.