La Asociación Nacional de Psicólogos Clínicos y Residentes (ANPIR) es la principal sociedad científica de la especialidad en Psicología Clínica. Reúne a más de 1.400 de estos profesionales, gran parte de los cuales trabajan en la sanidad pública. ANPIR alerta de una importante afectación a la salud mental infanto-juvenil desde el inicio de la pandemia que actualmente está derivando en un aumento importante de las derivaciones a salud mental, las visitas a urgencias y las hospitalizaciones en esta población especialmente vulnerable. La asociación reclama mayores recursos a la sanidad pública para atajar este problema.
ANPIR recuerda que la mayor parte de los trastornos mentales aparecen entre los 12 y los 25 años y en estas edades en fundamental una detección e intervención precoz para evitar que tengan una peor evolución y lleguen a cronificarse.
Actualmente entre los especialistas de la asociación se están detectando un aumento importante de las derivaciones. “En algunos servicios de salud mental nos informan de que el número de derivaciones que se han recibido en este primer trimestre del año doblan el número de derivaciones durante el mismo periodo de tiempo el año pasado, no obstante los profesionales que atendemos somos los mismos.”, señala Gloria Bellido, coordinadora de la sección infanto-juvenil y portavoz de ANPIR.
Los mayores aumentos se están detectando en las conductas autolesivas y los intentos autolíticos así como en los trastornos de la conducta alimentaria, que se están viendo incrementados en número y gravedad. “El cierre de los colegios en su momento, el aislamiento social, el aumento de estrés en las familias, todos son factores que han contribuido al deterioro de la salud mental en los más jóvenes” señala Gloria Bellido.
Félix Inchausti, presidente de ANPIR asegura que la psicología clínica dispone de muchas herramientas para poder tratar estos problemas de salud mental. “La mayor parte de los tratamientos indicados por las guías clínicas para los trastornos mentales en población infanto-juvenil son tratamientos psicoterapéuticos” Ante esta situación ANPIR reclama mayores recursos para la salud mental infanto-juvenil. “Una mayor inversión en este momento puede suponer un ahorro en el futuro tanto a nivel de sufrimiento de las personas y su familia como a nivel de recursos de salud mental” añade Inchausti.
La especialidad de psicología clínica infanto-juvenil: un reto pendiente.
Otro aspecto importante que ANPIR lleva reclamando durante años es la especialidad de psicología clinica infanto-juvenil. “Esta especialidad nos permitiría mejora mucho la atención a la salud mental infanto-juvenil ya que los profesionales tendríamos una mejor y más amplia formación sobre temas como los trastornos del neurodesarrollo, la salud mental perinatal y de la primera infancia o el abordaje del trauma en estas etapas del desarrollo donde niños/as y adolescentes son más vulnerables”, explica Inchausti.
Por todas estas razones desde ANPIR se muestran convencidos de la necesidad de darle mayor importancia a la salud mental infanto juvenil en nuestro país y poder así realizar una labor de prevención importante para el futuro.