Disfrutar de la vida como antes es posible, pero conviene hacerlo extremando las precauciones
Acostumbrados a correr de la ceca a la meca, sin parar ni un momento y apurando todas y cada una de las milésimas de segundo que poseía el día, hubo que echar el freno. Pocos se hubieran imaginado encerrados en su hogar durante meses. Y es que algunos llevaban años sin pasar más de ocho…
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